¿Qué hago aquí? |Naruto Shippuden|

17: No es un adiós.

Dos opciones:

Regresar a mi mundo, con mi familia y amigos, pero, tener que olvidar todos esos días maravillosos.

O quedarme y hacer una vida en cualquier lugar, integrarme a los hechos para que todo vaya cronológicamente y estar dispuesta a dejar de existir en mi otro mundo.

¿Por qué no hay una tercera opción? Donde pueda volver a mi mundo y a la vez poder regresar aquí, eso sería genial. O poder traer a mi familia y a Yuta a este lugar, seguro que le encantaría.

Me quede mirando un punto inexistente; por mi mente pasaban un montón de cosas sobre las únicas dos opciones que tenía.

—Tengo que irme, los de Konoha pronto estarán aquí.

Sasori se levantó de su lugar y camino hacia la entrada de la cueva no sin antes haber recogido su marioneta y haberla guardada en un pergamino.

—¿Por qué la marioneta era parecida a mi?—pregunté antes de que se fuera, no quería quedarme con la duda.

—No lo sé, simplemente se parece a ti, averígualo.

—Y dijiste que no eras como los demás—me burle de su respuesta. Él sólo gruño y desapareció en una bola de humo dejándome sola y con frío en la cueva.

¿Y ahora que voy hacer?

Según Sasori pronto estarían aquí "mis salvadores" así que me puse a jugar con las cenizas de la fogata mientras llegaban.

Después de estar dibujando como por unos quince minutos se comenzaron a escuchar unas explosiones cerca de la cueva pero decidí ignorarlas, tal vez era Deidara esparciendo su arte y la verdad es que no tenía ánimos de nada.

—¡Lucy-chan!

Esa voz, ¿Naruto?

—¡Así no llegaremos a nada, idiota!

Sasuke.

Me levante de mi lugar y caminé hacia la entrada; el clima no estaba muy bonito que digamos, estaba nublado y había una neblina horrible.

Esto es de película de terror.

—¡Lucy-chan!

Las voces se escuchaban un poco más cerca así que decidí echarles una mano.

—¡Naruto!

—¡Lucy-chan!

¿Qué acaso no tienen a Neji ojos mágicos?

—¿Lucy-chan?

Naruto apareció a mi lado izquierdo haciéndome saltar del susto. Al verlo sentí como mis ojos se comenzaban a llenar de lágrimas y sin dudarlo lo abrace tan fuerte que podría quebrar sus huesos.

—Naruto, no quiero irme.

Me aferre más a él y sentí como correspondía torpemente mi abrazo. A los pocos segundos aparecieron Sasuke, Neji y Sakura.

—Lucy-san, ¿estas herida?—Sakura me apartó de Naruto y comenzó a revisarme.

—Me duele el corazón—le respondí—. Y tengo hambre.

No sé por que, pero tenía la sensación de que ellos ya sabían sobre esto.

—¿Ustedes sabían sobre esto?

—Volvamos a la aldea—me interrumpió Sasuke con su cara de pocos amigos. Neji asintió a su lado con la misma expresión.

Naruto me indicó que me subiera a su espalda y así lo hice, me abrace muy fuerte a él y cuando Neji terminó de revisar el lugar con su byakugan emprendimos camino hacia la aldea.