¿Qué hago aquí? |Naruto Shippuden|

15: ¡Te mataré con mi Death Note!

—Hace un capítulo que caímos y aún no aterrizamos.

—Creo que lo están haciendo dramático, hum.

Los dos aún seguíamos abrazados y rezando para que alguien nos salvara o íbamos a morir vírgenes.

—¿Quieres decir algo antes de morir?—me preguntó Deidara.

No había pensado en eso.

—El tesoro—comencé—, esta debajo de mi cama.

—¿Qué?—me pregunto confundido.

—Debajo de mi cama están los mangas bl, doujinshis, series, dulces y más bl.

Se me quedo viendo con cara de "¿te sientes bien?" y luego puso una cara de "¿qué acabas de decir?"

—Sabía que no eras normal, hum.

—Me lo han dicho tantas veces que ya ni me afecta—coloque mis manos detrás de mi cabeza. Pero después recordé la situación en la que estaba y entre en shock.

Deidara también entró en shock y nos volvimos abrazar.

—¡No quiero morir...—empezó Dei-dei.

—... virgen!—le interrumpi y los dos comenzamos a gritar, de nuevo.

Cada vez nos acercábamos más al suelo y algunos de los árboles más grandes nos golpeaban con sus ramas.

—¡Se supone que eres ninja!—le grité cuando ya me había hartado de que todas las ramas me dieran en los ojos.

—Lo sentimos. Sus servicios no están disponibles, hum.

—Dime que mi ojo no está morado.

—Lindo ojo morado.

Maldito cara de barbie.

Deje de abrazarlo y comencé a darle golpes con algunas de las ramas que habían quedado en mi cabello mientras que él solo trataba de volver a abrazarme pero con una patada en el estómago dejó de moverse.

Ya lo deje medio muerto.

Volví a mirar hacia el suelo y estábamos cómo a unos tres metros de estrellarnos y quedar como stickers. Así que con un movimiento ninja me abrace a Dei-dei de forma que el quedó debajo de mi cuerpo para que recibiera el impacto.

Ojala me perdone por lo que voy hacer.

¡Crash!

Intente levantarme pero me dolía todo el cuerpo a pesar de que yo no fui la que se estampó en el suelo. Levante primero mi cabeza y pude ver una gran grieta en el suelo; con cuidado comencé a ponerme de pie ignorando el dolor que sentía en mi cuerpo y pude salir del enorme agujero que se formó.

—Deidara, ¿sigues vivo?

—Deidara.

—¡Deidara, Deidara, Deidara!

—¡Cállate! Ruidosa.

¿Eh?

A mi lado izquierdo estaba Deidara en perfecto estado.

Confundida mire hacia el gran agujero y lo único que había era un montón de arcilla desparramada.

—Pero si tu estas aquí.

—Era un clon, hum.

—¿Clon?

Eso quiere decir que todo este tiempo de sufrimiento estuve con un clon mientras que el verdadero Deidara estaba a salvo.