Capítulo 12

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Aun en mi cabeza resonaba la cruda conversación que tuve con mi fea asistente

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Aun en mi cabeza resonaba la cruda conversación que tuve con mi fea asistente. Hay partes de esa conversación que aún me hacen un ruido raro en mi cabeza. Me sorprende tanto que ella espera morir en mis manos. Entiendo su miedo, Danzo es un enemigo al que hay que tenerle mucho cuidado, pero ¿Por qué mierda la está buscando?

—Sasuke—la voz de mi hermano me regresa a la tierra—. Indra tiene el plan de trabajo.

El hombre castillo extiende un par hojas dentro de una carpeta.

La tomó sin duda solo para revisar un mapa con los territorios que él y su gente desean tomar.

—Todo será por la orilla, no me adentrare en tu cuidad, ni mucho menos en tus negocios—dice con el afán de convencerme—. Mi mercancía debe pasar por este lado del país, ya que del otro lado me tiene muy vigilado.

—¿Qué gano yo con esto? —Itachi exhaló.

—Una breve alianza—sonríe—. Tengo entendido que Danzo camina por tu territorio sin ningún contratiempo. Debo confesar que me sorprende que lo hayas dejado pasar, después de todo lo que le hizo a tu familia...

—Lo que haya pasado no tienes que repetirlo. No es necesario, te juro que lo tengo todo perfectamente grabado en mi cabeza.

—Bueno, sabes que mi padre le ofreció ayuda al tuyo. Y su negativa me sigue haciendo ruido.

Volví a enfocar mi atención en los papeles. Sin demorar mucho, porque no tenía humor y mucho menos paciencia, firmé las hojas donde le permitía pasar por mi territorio y aceptando el trato de una construcción de un nuevo hotel dentro de la ciudad. Todo con el fin de despistar a la policía.

—Gracias—dijo Indra.

Sin decir nada me puse de pie y dejé a mi hermano con él. Caminé a mi oficina y debo decir que se siente un hueco raro en mi pecho al pasar por el lugar de Haruno y no verla ahí.

—Te estaba esperando—Naruto abandona mi silla y rodea el escritorio.

—¿Qué quieres? —me siento en mi lugar.

—Visité a Sakura, justamente vengo de su departamento.

—¿Y a mí que me importa? —mierda. Me importaba mucho.

Naruto exhaló.

—Hace tiempo me pediste que la investigara, bueno...aquí esta toda la información de ella.

El rubio tendió sobre mi escritorio una carpeta un poco gruesa para mi gusto. Haruno no pasa de los treinta y cinco años, es ridículo que la carpeta sea así de gruesa.

La observé por unos minutos y aunque me rehusara a hablar de ella, la conversación en su casa despertó mucho interés en mi por saber más de ella.

—Léela por mi—dije cansado de todo. Recargué mi cabeza en la silla y observé el techo esperando que Naruto hablará.

A los pies del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora