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la pelinegra hizo lo posible por no dejar caer la bandeja que traía mientras intentaba abrir la puerta, que por suerte, esta vez no tenía seguro. cuando entró, vio que las luces estaban apagadas al igual que la última vez que estuvo ahí. también notó -para su pesar- que todo seguía desordenado.
suspiró.
tendría que cancelar la cita con Soyeon -otra vez- para quedarse a limpiar. se acercó al interruptor y prendió las luces, el bulto que había en una de las camas siquiera se movió, pero Yuqi sabía que la había escuchado entrar.
tras los hechos ocurridos en el bosque, Shuhua fue llevada de emergencia al hospital de la ciudad. Yuqi se enteró de lo sucedido algunas horas después. ella todavía estaba con Soyeon en el edificio de los leones cuando una chica que se presentó como la mejor amiga de Soojin, le llamó desde el teléfono de Shuhua para decirle que algo le había pasado.
los recuerdos que tiene de ese momento son confusos debido a toda la ansiedad y el estrés; recuerda que no podía respirar con normalidad y haber salido corriendo de ahí sin siquiera despedirse de Soyeon o excusarse con las líderes de la manada.
no lloró hasta que llegó al hospital y vio a la persona más importante para ella en una camilla, más pálida de lo normal y llena de cosas raras en muchas partes de su cuerpo, así como vendas y moretones en cada rincón de su ser. fue complicado poder recibir información de su estado, ya que no era familia. tuvo que llamar a la directora de I-dle para que apoyara lo que dijo sobre que Shuhua era huérfana y ella era lo más cercano que tenía a un familiar.
el médico a cargo le dijo que la taiwanesa había perdido demasiada sangre, y que fue operada múltiples veces debido a ataques que habían alcanzado a perforar órganos (se les había informado que había sido acorralada por otros lobos)
ya había pasado casi un mes desde entonces, Shuhua todavía seguía recuperándose. sus heridas estaban cicatrizando bien y los moretones se iban haciendo menos visibles que antes. su amiga estaba sanando, al menos físicamente…
─Shu, traje el desayuno. ─ dijo la zorro mientras dejaba la bandeja con pescado y frutas sobre un mueble cerca de la cama de la menor. ─Shuhua… ─ llamó, moviéndola suavemente. se alejó de inmediato cuando escuchó un gruñido provenir de las sábanas.
─déjame en paz, Yuqi. ─ soltó Shuhua con voz ronca.
la mencionada bufó. ─tienes que comer.
─no tengo hambre. ─ respondió la rubia sin ganas.
─eso has dicho los últimos tres días, Shuhua. ー suspiró. ーal paso que vas, morirás de hambre. ─ regañó.
Yuqi estaba cansándose de todo esto, era como si Shuhua simplemente no quisiera mejorar.
