Durante largos años, él maldecía a todo aquel que no soportaba. Su interés por la magia negra y el vudú seguía intacto, buscando maneras de molestar y deshacerse de las personas que aborrecía... solo por diversión.
Cuando un día, lo maldicen a él.
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Esta es tu casa ahora, Hanna —
(...)
Existen hogares que brindan hospedaje a estudiantes de intercambio, donde acunan a extranjeros y brindan de su apoyo para su crecimiento académico, también para el crecimiento personal aprendiendo de su cultura del país donde han decidido mudarse por tiempo indefinido.
Y esta vez ha sido mi turno de poder experimentar lo que era residir en un país completamente diferente.
Japón.
Pero, he decidido en no ir al centro de Japón sino a las afueras, a unas horas de distancia.
Una zona rural donde una pequeña ciudad se encontraba... Fukazawa.
No era un lugar del que todos quisieran saber, algunos se han ido a lo extremo eligiendo lo más prestigioso de Japón, pero yo preferiría estar retirada de las responsabilidades por un rato y alejarme de la ciudad por un tiempo.
Y es que, lo que no cuentan de los intercambios es de que en su mayoría de veces no te dan un sitio donde quedarte y toca por tu propia cuenta buscar uno. He tenido que buscar y buscar por cada rincón que hubiera en el pueblo, preguntar y pedir indicaciones para poder saber llegar al sitio.
No hubo respuesta alguna, que ya estaba a punto de renunciar a Fukazawa e irme a Tokio. Por suerte, no tuve que hacerlo.
"Hanna Denkins.
Hemos visto su publicación donde busca un hogar temporal en Fukazawa por motivos académicos, nos honra comunicarle que nosotros podemos brindarle el apoyo que solicita, invitándola a nuestra morada.
Esperemos se comunique y llegar a un acuerdo.
Con mucho cariño, familia Tsujii"
Una familia había aceptado darme hospedaje, comunicándole de inmediato a la universidad y así hubiera un seguimiento por su parte al momento de ingresar al colegio en Fukazawa.
No pasó mucho cuando ya me encontraba en la estación de trenes para tomar un viaje hacia el pueblo, donde una nueva vida empezaría.
Sin saber que tendría una maldición de por medio.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
