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Su rostro se volvió más pálido de lo que ya era, Souichi lentamente giró sobre sus talones y de abajo hacia arriba empezó a ver a la inquilina que tanto había tratado de evitar y tanto lo tenía molesto

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Su rostro se volvió más pálido de lo que ya era, Souichi lentamente giró sobre sus talones y de abajo hacia arriba empezó a ver a la inquilina que tanto había tratado de evitar y tanto lo tenía molesto.

Pies descalzos, unas largas piernas torneadas, cintura marcada y el resto de arriba era para perder la mirada en ella. Labios carnosos y levemente tintados de rosa, una piel que a primera vista se veía tan suave, cabello oscuro a mitad de los brazos y unos ojos brillantes.

Tan brillantes que parecían hechizar a todo aquel que la viera.

Souichi se encorva sintiéndose débil por un segundo, algo que jamás le había pasado, un extraño ambiente se apodera de él estando frente a Hanna. Un calor se empieza a sentir, sus clavos en la boca los hace rechinar contra los dientes con nerviosismo y por primera vez en toda su vida... Souichi tuvo color.

Mejillas tintadas de rosa.

— ¿Estás bien? —

Preguntó Hanna, dando un paso hacia Souichi quien de inmediato pegó un brinco tratando de alejarse.

— ¡No te atrevas! — alzó la voz

— Lo lamento. Déjame presentarme correctamente, soy Hanna Denkins —

Estiró su mano para estrecharla.

— No me interesa tu maldito nombre — gruñó — Haré que te largues de mi casa, ¡ahora mismo! —

Souichi soltó con enojo, alejando todo ese extraño sentimiento que tuvo. Estaba por irse y viendo la mano de la contraria lo que hizo fue quitarla con un manotazo... lo que pasó después es que tras una corriente eléctrica, al rozar ambas manos, un toque les dio a ambos creando una chispa.

Hanna se sobresaltó y Souichi pegó un grito pequeño, miró mal a la chica y se fue gruñendo de ahí para volver a encerrarse.

— Un gusto en conocerte — dijo Hanna por lo bajo

El día pasaba lento, ninguno de los señores Tsujii llegaba y Hanna se la pasó encerrada conectada a su portátil. Escribiendo y mandando papelería del colegio, recibiendo información, mensajes, noticias, todo lo que se había perdido durante el día de ayer tras su largo viaje.

Pero no tenía tanto interés por saber quien le escribía, estaba perdida en sus pensamientos con solo recordar al hijo de los Tsujii, el cual no sabía que tenían.

Su imagen regresa a su mente. Un chico delgado, alto y de piel muy pálida, tirando a blanco casi, unas grandes ojeras rodeando sus ojos y cabello corto negro, lo que más llamó su atención fueron los clavos que sobresalían de su boca.

El aspecto del chico lo hacía ver enfermo, lo cual le llegó a preocupar a Hanna, pero no quitó la idea de que era atractivo.

— Desgracias caerán sobre ti, la maldición ya está hecha —

M4LDITO AMOR | Souichi Tsujii | ○Pausada○Donde viven las historias. Descúbrelo ahora