Todo parece desaparecer en ese momento y se vuelve una escena donde sólo eran Souichi y Hanna, tan cerca y su mirada perdida uno del otro. Ella notando esa palidez en su piel y sus ojos rasgados que eran tan lindos e intrigantes, porque ese chico lo era, era misterioso y Hanna solo quisiera saber más de él, tenerlo tan cerca.
— Souichi... —
La mano del chico parece ajustar, de una manera desesperada, su agarre en su mejilla con intención de seguir acercándola, Hanna en ningún momento se alejó y a decir verdad le gustaba lo que estaba pasando y ambos deseaban lo que estaban pensando. Era un momento tan único e íntimo para ambos, era su momento que sentían a nada de rozar sus labios... pensaban uno del otro lo suave que se veían, sintiendo la tentación de seguir y seguir y seguir, no podían evitarlo.
Hasta que la puerta fue abierta.
— ¡Oh! Como lo siento, chicos —
Souichi parece erizarse al momento en que la puerta es recorrida, dejando ver al padre con una expresión de sorpresa y vergüenza al encontrar a su hijo y a la inquilina en un momento tan íntimo. Tal vez se arrepentía de haber entrado y haber sido el responsable de que no pasara lo que sabía que pasaría.
Hanna solo mantiene su vista al suelo apenada, Souichi se levanta con el rostro completamente rojo hasta salir de prisa hacia su habitación. El señor Tsujii intenta decir algo, pero solo obtiene una sonrisa por parte de Hanna, se inclina como disculpas y sale del baño hasta dirigirse a su dormitorio, estando ahí solo pasa sus manos por su rostro sintiéndolo arder.
("Que mierda, Hanna, ibas a besar a Souichi")
Tocó su mejilla donde la mano de Souichi había estado, sentía ese ligero apretón donde él quería acercarla más. Su agarre lo sintió tan desesperado que sólo quería tomarlo a él de su rostro y estampar sus labios con los suyos.
Y Souichi se sentía de la misma forma.
Su rostro ardía y sus manos picaban por querer seguir tomando del rostro de Hanna y besarla. Jamás había hecho algo así, tampoco se había sentido de esa forma, tenía pensamientos que no debería tener y de cierta forma le molestaba.
¿Acaso era algún tipo de karma?
Al parecer si y Souichi se sentía inútil, perdido y molesto consigo mismo después de que esa escena en el baño permaneciera en su mente.
Esa noche transcurrió con ambos queriendo verse de nuevo, pero con lo ocurrido ni siquiera sabían si se podrán ver a los ojos sin ponerse rojos de la vergüenza que sentían.Hanna no solo sentía la pena de lo ocurrido, sino que se culpaba por haber reaccionado de esa forma y más por como habían empezado las cosas con Souichi. En ese momento debe estar despreciándola, como había sido desde el día uno.
No tenía ni la semana quedándose con la familia Tsujii y ya se había metido en problemas en la escuela, recibiendo un golpe por parte de un idiota y casi se besaba a Souichi después de que él tratara de maldecirla con tal de que se fuera, las cosas no salieron como a Hanna le hubiera gustado que pasaran.
Esa noche fue complicada para Hanna y Souichi, una daba vueltas en su tatami sin lograr dormir y el otro buscaba entre sus libros algo para deshacer la maldición que había caído en él.
— ¿Qué me hiciste, Hanna Denkins? Te odio, odio el día en que apareciste en esta casa —
Molesto solo maldecía sin hallar respuesta alguna.
Hanna.
Me gustaría decir que pasaron mejores cosas después de ese casi beso entre Souichi y yo, que ahora él me trataba un poco mejor, que seguía cenando con sus padres y conmigo, incluso salíamos a dar la vuelta.
Pero no, lamentablemente desde ese día todo empeoró entre Souichi y yo.
Volvió a encerrarse, no dejaba que fuera yo quien le dejara la comida a su habitación, y si, pasaron semanas que ni siquiera lo alcanzaba para ir a la universidad y las noches se volvieron como pesadilla al escucharlo maldecir mi nombre.
Ya estaba acostumbrada, acostumbrada a la vida aquí en Fukazawa y acostumbrada a vivir con los señores Tsujii, no debería dejar que me afecte el desprecio de Souichi si desde el primer día fue así y si ese "casi" no se dio fue porque no debía pasar, ¿verdad?
Maldito.
Maldito.
¡Maldito seas, Souichi!
— ¡Mierda! —
Esa tarde fue el colmo de mi paciencia, en la habitación solo con mi soledad aventé el lapicero que utilizaba al momento de querer concentrarme para terminar los trabajos encargados, pero Souichi no salía de mi mente ni la imagen de la escena donde estaba tan cerca de mí y estábamos a punto de... carajo, no debería pensar en eso.
— ¿Hanna? ¿Estás bien, querida? — la señora Tsujii da toques a la puerta hasta abrirla y asomarse.
— Si, señora Tsujii. Solo estoy haciendo tarea, está algo complicada de entender — miré a donde estaba.
La señora Tsujii había regresado a su mirada entristecida cuando su querido hijo volvió a la misma actitud.
¡Maldito seas, Souichi!
— Oh, era eso entonces que te quejabas — asentí — Espero no molestarte, Hanna, pero debo contarte algo —
— ¿Qué ocurre, señora Tsujii? —
— Este sábado llegan Koichi y Sayuri, mis hijos más grandes —
— Ou... entiendo. Puedo buscar un departamento para desocupar la habitación de Sayuri si quiere — dije apenada
— Oh no, no, no. Nada de eso Hanna, puedes quedarte aquí, a Sayuri no le molestará — sonrió — Quiero prepararles una comida para cuando lleguen, me daría gusto que me ayudaras para recibirlos —
¿Conocer a los hermanos mayores de Souichi? No creí tan pronto conocerlos, por lo poco que ha platicado la señora Tsujii de ellos me da la idea que no son como Souichi y esperemos que no.
— Por supuesto, encantada de ayudarla — yo siempre tan bondadosa.
Me agradeció y se retiró, otra vez el silencio volvía y cuando estaba por regresar a mis deberes, pasaron segundos cuando una risa se escuchó detrás de la puerta y la sensación de una mirada pesada se posó en mi espalda.
Era él.
Maldito.
Fingí no hacer caso, tratando de ver por el rabillo del ojo y solo miré su silueta detrás de la puerta, parecía que algo estaba haciendo, pero no entendía. Sólo era su mirada asomándose por una pequeña ranura de la puerta.
— Hanna~ —
Un escalofrío pasó por toda mi espalda cuando lo escuché llamarme, esta vez volteé por completo, pero no estaba ya y ni siquiera un ruido había hecho al irse. Algo estaba tramando y estoy segura que tiene que ver con la llegada de sus hermanos... de repente aparece cuando su madre los menciona y se pone a observarme poco después.
— Solo ignoralo — dije a mi misma y retomé mis actividades.
Toda esa tarde los ruidos por la habitación no cesaron. Risas, golpes, murmullos detrás de las paredes, no quise darle de mi tiempo yendo tras él, solo lo hace para joder y que me vaya de la casa.
No le daré el gusto de ganar.
El 1ro de Abril se cumple un año de haber publicado esta historia.
Que rápido pasa el tiempo TT
ESTÁS LEYENDO
M4LDITO AMOR | Souichi Tsujii | ○Pausada○
De TodoDurante largos años, él maldecía a todo aquel que no soportaba. Su interés por la magia negra y el vudú seguía intacto, buscando maneras de molestar y deshacerse de las personas que aborrecía... solo por diversión. Cuando un día, lo maldicen a él. ...