- Existe un cuento Chino que narra como todas las personas nacemos con un hilo rojo en el dedo meñique, unido al corazón, que nos conecta a con la persona a la que estamos destinados a encontrar, yo aveces pienso que ese pequeño hilo se enredo en mi...
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— ¡Mierda Katsuki! ¡¿Cómo es que aún no puedo hacer que lo entiendas?!
Las primeras peleas de cualquier pareja suelen doler como ninguna ya que son las primeras veces en las que dicen cosas hirientes a la persona que aman y realmente no es fácil que alguien que dice amarte te lastime, solemos pensar que lo único que saldrá de esas bocas serán palabras dulces y llenas de comentarios positivos , esas palabras que nos alegrarán el día, pero no siempre será así. En algún momento llegará el día en que solo nos dirán cosas despreciables, casi como si dispararán pero estos movimientos no son solo para herir sino que son para matar.
— Ya te repetí mil veces que solo fue un puto abrazo, no es la gran mierda.
— ¿Eso cres? ¿Eso es para ti? — el pelinegro se acercó de una manera rápida, Katsuki nunca le tuvo miedo hasta que miro sus ojos, parecía como si el no estuviera en su cordura — ¿Sabes lo que yo vi? Vi que eras un puta barata, nadie te puede abrazar y mucho menos nadie te puede tocar, ¡¿Comprendes maldita zorra?! — con fuerza sujeto su rostro y sin pensar en si podría lastimarlo sujeto sus cabellos con agresividad azotando su rostro contra el muro, deteniendo lo ahí por unos minutos. — No me hagas enojar, te puede ir peor que solo un golpe.
Ese mismo día Bakugou reafirmó lo que no quería, su relación nunca fue perfecta pero no había golpes ni insultos fuertes, solo habían mini discusiones. Desde entonces Katsuki tenía miedo si se le acercaba tan solo un poco y eso no solo era frustrante para el sino también para su "amigo".
— Ya para de llorar maldita sea...
— L-lo siento — cubrió su boca antes de soltar un fuerte sollozo sin embargo no funcionó.
— ¡Puta madre! — de un salto llegó hasta Bakugou quién estaba en el suelo temblando — Suki, no me gusta verte así, no solo luces horrendo también matas mi humor, ¿Sabes que te puede animar?
Bakugou lo miro esperando tener algo más que no sea agresión.
— Abre la boca, te daré algo que te hará sentir mejor — el rubio obviamente acató la orden, Sora no espero más y coloco una linda pastilla de color rosa dentro de su boca. — quítate la ropa y ve a la cama.
No, no, no.
Bakugou se recostó completamente desnudo, seguía llorando y temblando, no podía calmarse.
No, por favor.
Fue una noche bastante larga, donde su llanto fue callado por un trozo de cinta negra que termino casi quemándole la piel.
Solo es un sueño, te lo ruego.
Nadie lo noto, cómo se veía más ojeroso ni siquiera tomaron en cuenta el dolor muscular que llevo a la práctica porque Bakugou es alguien agresivo seguramente se había metido en una pelea.
No es un sueño, es una pesadilla.
Claro que se metió en una pelea, es una pelea que aún no termina y creo que jamás terminara hasta que alguno quede muerto pero como todo se ve, Bakugou será el único perdedor.
