- Existe un cuento Chino que narra como todas las personas nacemos con un hilo rojo en el dedo meñique, unido al corazón, que nos conecta a con la persona a la que estamos destinados a encontrar, yo aveces pienso que ese pequeño hilo se enredo en mi...
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¿Recuerdan aquel famoso refrán? Decía algo así: la esperanza es lo último que muere, yo jamás lo entendí siempre fui alguien sin esperanza desde que mis logros se volvían más pequeños y al igual cuando lo encontré a el, mantuve mi fe sostenida de una persona que cuando está desapareció todo se fue con ella, incluso mi esperanza.
Pero si algo no está contigo, ni en mente ni como presencia ¿Cómo sería posible extrañarlo?
Bakugou no la extraña, de hecho quiere pensar que ahora está mejor sin ella pues si su mente se nubla por la esperanza de escapar jamás saldrá puede que suene extraño pero en realidad es algo muy cierto, si su mente es libre el también con el tiempo lo será.
No importa cuántas veces lo vea o en cuántas de ellas el lo tratara como una porquería, ya no importaba, ya no tenia miedo solo quería esperar y ver qué sucedía. Era como en esas películas de miedo que veía antes con sus amigos, la protagonista sufría y no salía de ahí hasta que perdía totalmente sus esperanzas y entonces mágicamente por obra divina salía sin ningún rasguño de dónde se que la tengan, pasaría igual con el, ¿Verdad? Digan que si, alguien. Debe tener esperanza.
[...]
— ¡Profesor Aizawa! ¿Tiene noticias nuevas?
— Si, pero esto ni los padres de Bakugou están informados, parece ser que se encontró su paradero.
— ¡Podemos ir con usted! ¡Seremos muy útiles! — Kirishima casi quería irse a poner su traje de héroe pero por el rostro de su profesor parecía que eso no era todo.
— Aún no, no podemos alertar al chico llegando todos de golpe, Katsuki podría ser tomado como rehén.
— ¿Cuántos de ustedes irán?
— Los suficientes, por favor no comenten nada, regresaremos en la mañana.
Aizawa esperaba que todo saliera bien y por fin les pueda dar una buena noticia a los padres del chico además de las palabras: Lo siento era una falsa alarma, no podía hacerlo de nuevo.
[...]
— ¡Suki!
Katsuki giro su rostro mirando los ojos llenos de vida de su compañero, sabía que el estaba hecho un desastre pues no se había visto en un espejo por meses ¿Cómo sería ahora?
— Mi lindo Suki, tengo buenas noticias ¿Adivina quién viene en tu rescate?
Los ojos del cenizo su iluminaron como bellos faroles rojos son embargo inmediatamente se apagaron al ver cómo Sora se reía en su cara.
— Mordieron mi anzuelo, ellos piensan que estarás ahí — con cuidado Sora retiro el cabello que cubria el rostro de Bakugou — ¿Cómo les decimos que te guardo en otro lugar? Dios ellos piensan que aún sigues en Japón.
No, vamos Katsuki despierta, en qué momento durmió tanto como para llegar a otro país. Sabe que parte del tiempo se le había roto hace mucho pero ¿Tanto como para no hacer notado el cambio de lugar?
