18. Tragos de más

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—Así no era como había imaginado terminar el día

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Así no era como había imaginado terminar el día.— Martina se quejó por tercera vez consecutiva, mientras miraba por la ventana del avión. Podía ver las lucecitas de las ciudades, pero en el horizonte estaba la mismísima nada misma, la oscuridad le daba un poco de miedo, así que se distrajo mirando a un nene que se metía el dedo en la nariz. Si seguía así iba a terminar tocándose el cerebro.

—Vamos a ir de joda cuando lleguemos a Argentina, aguanta un poco.— prometió Cami, apoyando su cabeza en el hombro de la periodista y tratando de hacer que su amiga aflojara un poco con la mala onda.

Martina sabía que ganar el mundial era una emoción que nunca iba a salir de su pecho, era un hecho histórico que lo iba a recordar para toda la vida. Sin embargo, no había esperado que a las horas de haber ganado la copa del mundo tuvieran que estar en el avión, yendo para Argentina. Ni habían tenido tiempo para hacer nada, porque cuando terminaron con el festejo en la cancha, Camila la sacó a rastras y la obligó a terminar de hacer las valijas. Las otras botineras también estaban el avión, podía ver a Valentina, la novia de Enzo Fernández hablar con la esposa de Ángel Di Maria, mientras que otros aprovechaban para dormir.

Martina estaba tan emocionada que quería seguir despierta hasta que su cuerpo no se lo permitiera más. ¿Cómo podía dormir ahora que sabía que Messi había levantado la copa? Necesitaba alcohol cuánto antes, odiaba estar encerrada en ese avión donde no podía hacer nada. Encima no llevaba ni tres horas separada de Sonny y ya lo extrañaba. El coreano se había ido para pasar la semana con su familia, mientras que ellas dos planeaban pasar la navidad y año nuevo tomando hasta el agua del florero. Al menos Sonny iba por el buen camino.

—Tengo hambre.— se volvió a quejar como una nena chiquita y su amiga la miró mal.

—La que se queda callada por más tiempo gana.

Martina la ignoró totalmente.— Me aburro, ¿Qué estará haciendo ahora Messi?

Desde que se habían ido del estadio no lo había visto más, pero estaba tan contenta de que había podido hablar con él, de decirle todo lo que pensaba y de verlo levantar el trofeo que tanto se merecía en su carrera. Martina no quería nada para navidad, porque el regalo ya había llegado antes. Cerró sus ojos por un segundo y volvió a repetir en su cerebro la sonrisita de Lionel y la manera en la que sostenía la copa. Tuvo un orgasmo visual.

—¿No tendrías que estar preguntando qué estará haciendo Cuti, mí novio?

Martina volvió a abrir los ojos. Dios, no podía creer todo lo que había pasado en esas últimas horas. Oficialmente era la novia de Cristian Romero, una locura completa que le hacía sentir mariposas en la panza.

—Seguro está borracho, habrá tomado hasta el agua del florero. Capaz hasta se confunde y termina chapando con Licha, pensando que soy yo.— Martina soltó una risita, suponiendo que la primera parte era verdad. Había visto en el vivo de Enzo que algunos ya habían empezado con el festejo. Quería hacer lo mismo, lástima que tenía que estar en ese avión horrible.

Gorgeous ✓ ⋆ Cuti RomeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora