«The Devil's Son» | El hijo del demonio - KookTae | © 1° Edición

Capítulo VIII. La fotografía.

En la mañana siguiente ambos jóvenes amanecieron acostados en la misma cama, pero cada quien, por su lado, justo comenzaba a amanecer y la luz justo era muy tenue por el sol saliendo que era muy poco lo que se alcanzaba a ver. Taehyung sintió la brisa fresca que emanaba por la ventana que abrió despacio sus ojos con intención de levantarse a cerrar bien la ventana y volver a dormir, su lado daba hacia la puerta de la habitación que al abrir completamente sus ojos y acostumbrarlos a la aún oscuridad miró un bulto negro a punto de entrar con ellos; levemente asustado se incorporó en la cama mirando hacia atrás observando la delgada sabana cubriendo el cuerpo invisible del más alto. Nervioso volvió a mirar la entrada y la sombra se ha alejado a la sala, suspiró levantándose despacio para no despertar a Jungkook y bajó de la cama colocándose una sudadera para el fresco, siguió despacio la sombra que caminó hacia el comedor. —¿Señor Delbert? —preguntó en un susurro por el temor que aquello no fuera el padre de Jungkook. El alma le volvió al cuerpo mirando que al encender la luz la oscura sombra se convertía en el apuesto padre el pelinegro —Señor, ¿no solo podía estar como la persona desde el principio? —expresó causando que la risa del demonio se escuchara en esas cuatro paredes.

—Le quitaría lo divertido, Taehyung —al escucharlo negó. Aunque sea un demonio no tiene nada de tenebroso frente a él, aprecia eso y está seguro que es únicamente por su hijo. Delbert le sonrió animadamente —Quería verte antes que mi hijo despertara, estaba a punto de despertarte, pero no quería asustarte más —explicó refiriéndose a la cara de miedo que ha puesto al ver su silueta.

Taehyung rio un poco —¿En qué puedo ayudarlo señor? —preguntó invitando a sentarse y ambos lo hicieron quedando el uno frente al otro.

—Ayer en la noche estaba por llegar a verte, pero antes de hacerlo sentí una energía muy diferente —dijo entrecerrado sus ojos haciendo que el menor comprendiera y desviara su vista avergonzado ¡Que le estuvo haciendo sexo oral a su hijo! Sus mejillas se sonrojaron y aclaró su garganta.

Delbert rio a causa que la mente de Kim Taehyung viajaba a mil por hora tan avergonzado de ser descubierto que decía lo siento lo siento en su cabeza sin imaginar que el demonio podía escuchar sus palabras —Tranquilízate Tae, son jóvenes y es normal —ambos rieron, pero más Taehyung de nerviosismo. —Bien, vengo a hablar seriamente contigo —dijo ya cambiando el tema para ayudar al avergonzado jovencito.

—Claro, en lo que pueda ayudarlo señor.

—Tae, siento que mi hijo y tú han tenido una conexión muy bonita —expresó mirándolo a los ojos, este simplemente asintió sonriendo. Era verdad, jamás con alguien había tenido esa sensación tan cálida y en confianza y eso que a Jungkook no podía verle; no imaginaba lo buena persona que era para que esto fuera de esa manera. —Te tengo un obsequio, únicamente porque me has agradado —el demonio rio ante la sorpresa de Kim Taehyung, un demonio estaba frente a él diciéndole que le agradaba ¡Un demonio! Delbert buscó entre las bolsas de su abrigo y colocó una fotografía volteada boca abajo en la mesa, el menor miró fijamente.

—¿Qué es eso señor? —preguntó con curiosidad frunciendo sus cejas.

—Una fotografía de mi hijo —ambos se miraron seriamente. Eso significaba que Delbert le mostraría una fotografía de Jungkook, conocería a Jungkook. De pronto los nervios le calaron en la nuca ¿Ya está preparado para eso? ¿Ya quiere saber el rostro y físico del chico del que anoche le hacía sexo oral? Mordió su labio dudando un poco. El demonio sonrió —Es una fotografía no muy reciente, justo hace tres años que él estaba cumpliendo los dieciocho y debía venir a la tierra —confesó acercando la fotografía frente al chico despacio.

—¿Qué día cumple años Jungkook? —preguntó acercando más esa fotografía que tenía el detalle de tener manchas negras en sus alrededores dándole a entender que se debía a la suciedad del infierno.