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El avión había aterrizado, una de las azafatas habló por el pequeño micrófono indicándole a los pasajeros que ya estaban en tierra.
La femenina se encontraba dormida, estar en un vuelo de más de ocho horas no es nada como y estando embarazada mucho menos.
Bellingham estaba hablando por teléfono con sus padres, el echó de que iría a conocer por primera vez a sus suegros lo tenía nervioso, colgó la llamada e intentó despertar a la castaña.
—Cariño—tambaleó el brazo de la femenina—Cariño ya llegamos.
Phoebe despertó, miro a la cara al moreno el cual le daba una sonrisa de oreja a oreja, tenía miedo pero se mostraba de lo más natural y seguro ante la fémina.
—¿Cómo dormiste?
—Bien cielo—restrego sus ojos para poder verlo mejor.
El futbolista había planeado todo con tiempo, desde la forma de vuelo hasta la estadía en Brasil, no quería incomodar a la familia de Phoe por lo que reservó una habitación para los dos en un maravilloso hotel, también había comprado pasajes para volar en primera clase y así su pareja no se sintiera incomoda.
Phoebe por otro lado también ponía de su parte preparando las cosas para llevar y que no les falte nada durante esa semana en Brasil, le decía a Jude que ella lo ayudaría pagando con la mitad de todo, pero él siempre se oponía.
Bajaron del avión y caminaron en busca de los familiares de la fémina, al encontrarlos corrieron hacia ellos uniéndose en un confortable abrazo.
—Hola ¿cómo están?—el padre de la castaña preguntó para ambos.
—Bien señor—el moreno le estrechó la mano al hombre mayor.
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