Ojos Carmesí

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Habían pasado unos dias desde que se escaparon de la mansion de la muchacha. Tenían ropa limpia, dinero y un poco de comida. Su objetivo ahora era infiltrarse a uno de los navíos rumbo a Africa, tras llegar a Africa, tomarían otro a America.

- ¿Cuando van a zarpar? - Susurro el quiteño asomándose por el muro viendo el navío el cual todavía estaba siendo cargado.

- Probablemente en 3 horas - Respondió Nueva Granada atrás de el, luego de eso se sentó en el suelo siendo imitado por su hermano.

- Entonces Venecia tiene tiempo de sobra para comprar más comida para el viaje - Comentó Quito para envolverse en si mismo, su mirada transmitía una frustración y preocupación muy clara.

- Si, aunque lo mejor es que llegue pronto - Tras decir eso se retiro la capucha que traía, era bastante molesta. Miro de reojo a su hermano, suspiro y pregunto de una vez.

- ¿Que pasa ahora? - Exclamo el granadino mientras observaba al otro que estaba abrazándose las piernas estando de cuclillas.

- Es solo que... Venecia esta haciendo todo esto por nosotros. Por mi... Pero el no gana nada con esto. Esta arriesgando su pellejo por los dos. Eso... Me hace sentir inútil...- Se sincero el de ojos azules mirando al suelo. El otro contemplo esto sorprendido, para seguidamente cerrar los ojos con fuerza y abrirlos llenos de cansancio.

- El lo quiere así. Creó que, es algo que necesita hacer. No se como explicarlo, pero... El esta muy determinado. Algo que, nunca antes he visto en el. No quiero interferir esta vez, y tampoco deberías evitar que el haga esto por nosotros. El quiere, ser de ayuda... - Admitió el granadino mirando a la nada. En el fondo se sentía igual que el de ojos azulados, pero sabía que no podría hacer nada para en ese momento, o eso es lo que piensa ahora. El quiteño lo escucho impresionado, era eso. Esta vez su hermano no se equivoca parece ser. Guardo silencio. Y espero.

10, 20...¿30? Perdieron la cuenta, Venecia no aparecía, Quito solo le restaba importancia, mientras que Granada se preocupaba cada vez más. De la nada escucharon gritos y disparos. Se asomaron por el muro de ese callejón, pudiendo ver a su hermano huyendo de unos guardias franceses. El panico empezó a crecer entre ellos, no sabían que hacer, ¿huir? no. No podían dejar a su hermano a su suerte. Sus pensamientos fueron interrumpidos debido a cierto grito.

- ¡Voici les autres! (¡Aquí están los otros!) - Voltearon a ver a sus espaldas, un uniformado señalándolos, su sangre se les helo. Sin pensarlo corrieron donde su hermano, el cual todavía corría sin ver atrás en ningún momento.


. . .


- Ustedes tres de verdad que son molestos, solo cinco días y ya han causado revueltos en toda Europa - Regaño una francesa bastante molesta mientras cargaba a los niños en tres de sus cuatro brazos, cada uno, en uno diferente.

La persecución de los niños no había durado mucho debido a la repentina aparición de la francesa. La cual los atrapo sin mayor esfuerzo. A las pocas horas que las colonias habían huido de su finca colonial en España. Se había dado un aviso de recompensa al que los trajera con vida, y esto no era una excepción para las naciones.

- ¡Suéltame araña sub-desarrollada! - Grito Nueva Granada rojo en furia mientras era agarrado de las alas. Quito estaba retorciéndose mientras era alzado de la parte trasera de su camisa y la punta de la cola, mientras que Venecia era agarrado por la cola como si de una zarigüeya se tratase. Pero a diferencia de sus hermanos, este estaba completamente quieto, cada vez que se sacudía he intentaba salir del agarre, solo conseguía marearse más por la sangre que se estaba quedando atrapada en su cabeza.

- Cuida tu lenguaje mocoso... Agh que molestia, mejor se los llevo a España de una vez - Concluyo la francesa bastante irritada hablando se mas a si misma que a las tres colonias. No se hicieron esperar las quejas y los movimientos en busca de zafarse de los brazos de la mujer. Después de una larga caminata llena de forcejeos, llegaron a un muelle, en el cual había en su mayoría navíos franceses, y uno que curiosamente, traía la bandera de Italia...

- Fence fence, sono venuto per un accordo commerciale, ma vedo che le cose stanno diventando più interessanti (Valla valla, vine por un trato de comercio, pero veo que las cosas se hacen más interesantes) - Exclamó una Italiana con ojos cual rubi saliendo del camarote de ese navío mientras fumaba una pipa y observaba a la francesa con superioridad. Esto hizo gruñir a la francesa.

- Mejor baja la tabla para que hablemos de algo que de seguro te interesara arpia ególatra - Escupió la francesa con veneno. La Romana solo ensancho su sonrisa, y con el movimiento de un dedo bajo la tabla, la francesa no espero mucho para montarse en la embarcación.

- Así que estas son esas colonias de España. Hacia años que los veía - Reflexiona la de ojos rubi con perfecto español.

- Si, de verdad que a ese animal le falta ponerle orden a sus alimañas - Respondió la francesa mientras bajaba a las naciones con poco cuidado.

- Bueno, no todos usamos los mismos métodos grotescos de tus lideres - Mordió la italiana mirando de reojo a los niños los cuales solo las miraban con el ceño fruncido.

- Mira quien lo dice, la que lanzaba a esclavos a una fosa para que fueran devorados por leones - Respondió la cuatro brazos con clara ironía, la italiana solo rio ante tal comentario. - Solo digo que España no debió encargarse de esa manera de sus colonias - Reflexiono la francesa.

- ¿Te refiere a criarlos como sus hijos? - Pregunto la italiana aspirando el humo de su pipa para luego exhalarlo todo en el aire.

- Justo eso, debió dejarlo todo a sus lideres, de otra manera solo conseguirá hacerlos sufrir a ellos y a si mismo - Respondió la francesa mirando a las colonias por primera vez en todo el trayecto con un poco de empatía y compasión.

- ¿Hmm? ¿Por que lo dices? - Cuestionó la italiana cambiando su semblante arrogante a uno interrogante y calmado.

- ... Experiencia supongo... - Murmuro la francesa suspirando a lo último, atrayendo consigo un ambiente nostálgico.

- ...Cambiando de tema, ¿Tendremos que cancelar la reunión debido a los disturbios creados no? - Pregunto la de traje un tanto masculino, pero quedándole de maravilla igualmente.

- Exactamente. Pero te tengo una oferta - Comenzó la francesa.

- ¿Ah si? Dime - Espero la de ojos rubi con una idea de que se trataba.

Demon-Boy //LORE//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora