El viajé

76 9 2
                                    

Escuchas las voces de aquellos que te sacaron de tus tierras. Te despojaron de tus vienés sin que tu supieras, se burlaron de tus derechos, y mataron a la persona más importante de tu vida sin importarles en lo absoluto... Con la pobre y vaga excusa de estar siguiendo órdenes. Toda esa brutalidad presenciada y grabada eternamente en tus retinas por el resto de tu vida. Todo eso mientras se burlaban de tu miseria. Te sentías estupido, ignorante, un crédulo desconsiderado... Ya de nada servía echarle la culpa a ellos. Ya que habías sido tu el verdadero culpable... Siempre seras el responsable de tu propia perdida. Siempre seras el responsable de tu propia miseria...

Aquel barco se sacudía de un lado a otro, causandote nauseas y dolor, pero lo unico que podías hacer era aguantar la bilis que intentaba escapar y el dolor que amenazaba con hacerte llorar. Tendrías que aguantar, no importa la sensación tan desagradable, si no, tendrías que aguantar el terrible olor de la comida mal digerida y de tus jugos gástricos desperdigados y volverías a sentir como se secarían los mocos tras otra inútil ronda de lloriqueos. Sentías ardor en tu tobillo izquierdo debido al grillete en el. Lo llevabas puesto desde hace días, este estaba un poco oxidado, y gracias a las múltiples veces que lo forzaste, desgarraste tu piel y dejaste que las hojuelas oxidadas encontraran refugio en tu carne caliente por la infección. Tu vista en tu unico ojo se volvía cada vez peor debido a la oscuridad de esa habitación, cada vez que veias algún tipo de luz te mareabas un rato para luego ver normalmente, a este paso tu vista seria lo próximo en perder utilidad en tu cuerpo. Y eso ya no conseguía aterrarte como antes. Te consolaba mas la idea de perder los sentidos a tener que lidiar con alguno de sus captores con ellos en funcionamiento.

Las ojeras que tenias eran debido a que no podías dormir por la forma en que el barco se movía constantemente, y por las pesadillas. Tus mejillas siempre se encontraban rojas, calientes y sobre todo húmedas. ¿Pero como no van a estar así? después de todo... Llorabas anhelando el consuelo de una suaves manos. Añorabas que aquellos brazos te tomaran entre si y te consolara aquella hermosa y melódica voz de tu madre. Pero lo unico que recibías era aquel amargo recuerdo donde tu eras arrastrado y alejado de su cadaver maltratado, o de como te intentaba proteger de aquellos hombres que alguna vez consideraste amigos.

Sin más, tomaste aquella sucia cobija y te arropaste un poco más. El piso en ese barco era frio, y solo poseías una almohada con una cobija, otra excusa mas para las bolsas que colgaban bajo tus ojos...

La puerta de esa habitación había sido abierta. Fingiste estar dormido, escuchaste los pasos acercarse. Tu cuerpo empezó a temblar inconsciente, sabias de quien se trataba, escuchaste los pasos detenerse frente a ti, un escalofrío recorrió tu espalda al sentir como su mano se posaba tu hombro con plena confianza.

- No te hagas el dormido chaval. Se perfectamente que no lo estas... - Exclamo con gracia aquel español al que empezaste a odiar con todas tus fuerzas desde hace unos pocos días.

- Siéntate - Ordeno impaciente.

Aun temblando hiciste caso, pero nunca dignándote a dirigirle la mirada,de todas formas, la mirada que obtuviera el europeo no sería distinta a la de un cadaver, carente de brillo y la vida que alguna hubo. El Imperio sonrío y se sento frente aun con esa expresión cínica que daba arcadas. Dejo caer su mano en tu cabeza y donó caricias como si de una mascota fueras, un animal manso y bien domesticado.

- Es reconfortante ver que algunos de ustedes no sean tan desobedientes. Tu si acates ordenes como se debe. Eso me agrada de ti... Sabes, eso puede hacer que te ganes el favor de la gente, obtendrías un trato especial - Comento de forma calmada con esa sonrisa ladina. Como si eso lo aliviara de alguna forma...

Dejo de acariciarte la cabeza para pasar su mano por el pelo que cubría tu ojo izquierdo provocando un escalofrío de tu parte. Ese mechón solo cubría un párpado, una cuenca vacía.

- ¿No te han puesto nuevas vendas eh? - Observo impasible junto con un poco de confusión. Suspiro, se levanto y busco aquello. De vuelta, se volvió a sentar, arrimo parte de tu cabello para ir colocando aquella venda, después de unas dos vueltas amarro los dos extremos quedando cerca de tu nuca, saco el poco cabello que quedo entre las vendas y te observo buscando alguna clase de expresión en tu rostro carente de emoción .

- Mejor ¿no es así? - Asentiste sin más, aun mirando el suelo.

- Mmm... ¿No hablarás? Bueno. Es mejor así, detesto a los conversadores... - Soltó para levantarse el de tez blanca y cruz roja en el rostro para irse.

Frunciste. el ceño, empezaste a temblar de nuevo, apretaste tus puños y mandíbula con tanta fuerza que dolía. Sentías impotencia, rabia, tristeza, rencor... y un hambre incontrolable de venganza. Una vez recobraste los sentidos, te volviste plenamente consciente del liquido caliente se derramaba entre tus manos, atraído las acercaste a tu cara para contemplar sangre correr de estas. Hipnotizado las acercaste a tus labios para degustarla y así calmar tus ganas de destrozar todo a tu alrededor. Tus retinas se dilataron ante el sabor metálico en tu boca. Aquello se sintió como haber tomado agua helada después de días de haberse perdido en un desierto... Sin embargó... No era suficiente... No era tu sangre la que querías degustar era la suya...

Algo estaba creciendo en tu interior... Algo que buscaba hacer pagar a todo aquel que te causara dolor. Algo le decía que tenía que derramar la sangre de aquellos blasfemos, hacerlos pasar por lo que dan todos lo dias a las pobres víctimas que caían ante su crueldad. Quería escuchar los maullidos implorar piedad... Tirando así lo poco que les queda de dignidad... Haría que se tragaran sus cuchicheos, insultos, denigraciones... Deseabas convertirte en el verdugo de todo aquel que tú considerarás había pecado... Y serías autor del dolor que sufrirían bajo tus garras sedientas de más sangre...





preguntas aquí...

Demon-Boy //LORE//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora