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Me remuevo entre las sábanas blancas intentando desperezarme. Lando está a mi lado aún dormido profundamente, el reloj de la mesita de luz muestra que en 10 minutos sonaría la alarma por lo que lo dejo disfrutar esos últimos minutos de sueño antes de ir a la Qualy.

No dejo de pensar en qué pasaría ahora, cuál sería el siguiente paso. Mientras miro a Lando dormir una sensación de tranquilidad se instala en mi pecho. El inglés comienza a despertarse cuando la alarma suena.
Mira en mi dirección y, al notar que ya lo estaba mirando, sonríe y me abraza.
No fue como el resto de los abrazos que nos habíamos dado antes, no había nada más en él más que un intento de juntar las piezas que él había desparramado.

Considero que un abrazo es el primer acto de amor, pero no lleva un orden. A veces uno es capaz de abrazar cuando todo está bien y está feliz. Otras, sin embargo, como en esta ocasión, una persona es capaz de reconfortar cuando ya está todo roto.

- No me quiero levantar- dijo atrayendome aún más hacia él si es que era posible. Me río e intento sentarme en la cama pero Lando me abraza por la espalda.

- Tengo que ir a trabajar- sigue agarrado a mi espalda como garrapata- Lan...

- Desayunemos juntos- ruega despegandose de mi. Intenta mirarme a los ojos pero no puedo. No puedo mirarlo a la cara.

- Tú ya hiciste bastantes cosas como para darte el lujo de llegar tarde también- rechazo indirectamente su oferta levantándome de la cama- Nos vemos luego- me despido aún sin dirigirle una mirada. Escucho como se levanta apenas llego a la puerta.

- Gabs, no me has mirado a los ojos en días- dice poniendo su mano sobre la mía en el picaporte. Esconde su cabeza en el hueco de mi cuello- Por favor.

Siento un nudo formarse en mi garganta cuando lo escuché decir lo siguiente.

- Aún te amo- volteo y lo miro directo a los ojos. Siento mi respiración atacarse en mi garganta.

- ¿Qué?

- Quiero estar contigo el resto de mi vida y eso es exactamente lo que intento hacer- explica intentando agarrar mis manos pero se las saco.

- ¿Crees que por el hecho de amarme las cosas van a cambiar?- pregunto indignada.

- Si.

- ¿Te das cuenta que cuando yo te dije que te amaba tú me dijiste que no era correspondido y que solo teníamos sexo?- vuelvo a indagar.

- Lo sé, lo siento.

- Pudiste haber sido honesto conmigo y decirme que lo podíamos solucionar juntos.

- Sé que estar conmigo no es fácil, Gabs, pero si lo fuera te aburrirías- y el muy idiota tenía razón. Ahora que lo había mirado, no podía sacarle la mirada de encima.

- Quiero ser capaz de mirarte y no sentirme tan lastimada por ti- digo con lágrimas retenidas. Él intenta abrazarme pero lo saco- No, no me toques- le pido. Pone su mano en mi hombro y la sube hasta acunar mi rostro. Sigo negando mientras las lágrimas caen- No puedes lastimar a las personas y luego creer que deben perdonarte como si no hubieses hecho nada en primer lugar- le digo entre lágrimas.

- Perdón, perdón, perdón- repite infinitas veces. Él lloraba también.

- Anoche hablé con George- digo y puedo sentir como se tensa- Te amo, Lando, y sé que lo haces también pero hay cosas que no van a volver a repetirse- él asiente totalmente entregado.

Tomo una respiración profunda antes de empezar a hablar.

-Mis padres, ellos... ellos me quitaron algo- pongo mis manos en mi pecho- Me quitaron pedacitos de mí misma, pedacitos tan pequeños a través del tiempo que ni siquiera me di cuenta- veo como el inglés asiente prestando atención- Querían que fuera algo que yo no era y me convertí en lo que ellos querían. Un día era yo, Gabriela Rodriguez, y de repente me encontré a mí misma mintiendo por ellos, aceptando estudiar algo que no quería y renunciando a la fotografía. Hasta que estaba ahí parada, con alguno de los dos drogado y ebrio y ya no era Gabriela Rodriguez. Y aún así, me hubiera quedado allí. Lo hubiera hecho- asiento y me abrazo sola- Me perdí a mi misma durante mucho tiempo, y ahora que soy nuevamente yo... no puedo. Te amo, Lando. Te amo más de lo que amé a nadie...- si hace un rato no podía ni mirarlo a los ojos, ahora no puedo dejar de hacerlo.

- Gabs...

- Te amo y me asusta muchísimo, porque cuando me hablaste de esa manera, te llevaste un pedazo de mí y yo te lo permití. Y eso... no va a pasar nunca más, ¿está claro?- pregunto sin esperar una respuesta realmente.

- Clarísimo.



toda, todisima gaby
cómo están ustedes? A mi la verdad me encantó la facu <3

No hay más que hablar | ʟᴀɴᴅᴏ ɴᴏʀʀɪꜱ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora