¡Escuadrón PAIMBER!

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Varias semanas después...

Entrada a la Ciudad de Mondstadt - 10:00 a.m.

-Caballero 1- Ah...- bosteza con gran aburrimiento siendo captado por su compañero.

-Caballero 2- Deja de hacer eso, harás que me de sueño a mi también.

-Caballero 1- Perdón- suspira sin motivación alguna- las cosas han estado demasiado tranquilas en estos días, es realmente aburrido estar aquí parado.

-Caballero 2- Créeme que te entiendo, pero debemos cumplir órdenes.

El caballero más exhausto  seguía quejando constantemente con su compañero casi irritado de tener que escuchar sus quejas a diario por falta de acción, pues era cierto, desde hace días la tranquilidad era atacante de la ciudad de Mondstadt; esa paz tenía un nombre en particular desde que dos chicas regresaron a la ciudad de Mondstadt.

-Caballero 1- Si no fuera por esas dos, tendría algo de acción.

-Caballero 2- ¡Ya deja de quejarte hombre!

-Caballero 1- ¡Vamos acércate!- grita emocionado- ¡Aunque seas tú, será acción después de todo!

-Caballero 2- ¡¿Qué quisiste decir con eso?!

Ambos caballeros estaban por dejar sus puestos momentáneamente y dejarse tomar control por el malestar del aburrimiento hasta que el ruido de una pequeña chica desde lo lejos llamó la atención de los dos quienes estaban a punto de echarse a los golpes. 

-Caballero 1- Genial...- suspira con desdén- son ellas. 

La figura de una pequeña chica capaz de flotar, de cabello blanco y un curiosa tiara sobre su cabeza se asomaba con sus ropas dignas de una aventurera llevando una pequeña mochila hecha a su medida; y no solo ella saludaba con alegría, también la chica de cabello castaño quien la acompañaba con un atuendo nuevo, había dejado ese traje digno de un caballero de lado y se había incorporado a su nuevas ropas listas para aventuras.

-Caballero 2- Buenos días, Paimon, Amber, ¿obtuvieron éxito en su misión?- cuestiona al tenerlas frente a él, luego de la espera por su llegada.

-Paimon- ¡Por supuesto! ¡El escuadrón PAIMBER jamás decepciona!- exclama con gran emoción ante la atenta mirada de Amber.

-Amber- No es por alardear, pero ocho misiones exitosas de ocho no está nada mal.

-Caballero 2- Lo importante es que ambas regresaron sanas y salvas- expresa su más sincera alegría por su regreso siendo correspondido por amas.

-Amber- Veo que Rennait aún nos tiene rencor- menciona con una mirada muerta hacia el caballero que desvió su mirada inmediatamente.

-Paimon- ¡Vamos Rennait!- se asoma en busca de la mirada del caballero sin éxito, pero insistiendo constantemente- no tenemos la culpa de ser tan buenas aventureras.

-Amber- Ya no lo molestes Paimon.

Paimon hizo caso inmediatamente, Amber expresaba su mayor deseo a ambos porque tengan en algún momento que brillar como caballeros. Antes de que ambas regresaran a marcar el encargo de la misión como realizado con éxito, el Caballero que sí tenía un sentimiento de gratitud con ambas las paró en seco, pues tenía un mensaje importante y que solo ellas debían conocer.

-Amber- ¿Qué es está carta, Adrian?- recibe con mucha duda del caballero.

-Adrian- Es de la Maestra Intendente Jean, desea verlas a ambas, dice que es realmente urgente su presencia.

Amber y Paimon observaban con mucha confusión la carta que Amber ya poseía, ambas se echaron una mirada buscando comprender la situación en el rostro de la otra, pero no tuvieron éxito hasta que el Rennait tuvo la dichosa idea de reírse de ellas.

Fragmentado (VI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora