Capitulo 21.{Te metiste con el wooo, equivocado.}

512 45 13
                                    

Capitulo 21.

{Te metiste con el wooo, equivocado.}

Azucena

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Azucena

— ¿Estas segura de que quieres venir? — me pregunta papá.

Sabía que aunque no asistiera a clases, yo tengo que ir a la reunión de mis papas con la directora. Quiero mirar a la profesora Alvares y preguntarle porque dejo que Clara me atacara en clases. Aunque no quiero que mis compañeros me vean o me hablen, pero es algo a lo que tengo que hacerle frente. Pero todavía no estoy lista.

— Si, merezco una disculpa de frente.

Ambos asienten, estando de acuerdo conmigo. Luego del desayuno nos ponemos en marcha hacia el colegio. Deje mi celular en cuarto, no lo había prendido desde ayer. No quería ver nada de lo que decían de mí, pero al mismo tiempo me moría de ganas por hablar con el chico de los brillitos.

Él había venido a hablar con mis papas, León y Joni también. Tuve toda la noche para pensar en eso. Yo lo había tratado mal, lo eche y él no se fue.

No puedo creer que reunió toda esa información, que se esforzó por buscar una solución. Al poso tan gigante en el que había caído mi vida.

Pero si me parara frente a él, no sabría por dónde empezar ¿Pedir disculpas? ¿Dar gracias? ¿Todo al mismo tiempo? No sé qué hacer, lo único que sé. Es que mi cabeza está en una maldita nebulosa.

— ¿Lista hija? — pregunta mamá.

Su voz me hace salir de mis pensamientos, no me di cuenta que habíamos llegado al escuela. Trague en seco, asentí con la cabeza y salí del auto.

Di gracias a que la directora los cito, justo en el periodo largo. Así que todos estaban en clases, nadie me vería.

Cuando llegamos a secretaria. Martina, nos recibe con una sonrisa cordial.

— Buenos días, deben ser los Black. La directora los está esperando — señala la puerta al frente. — pasen.

— Buenos días, muchas gracias — habla papá.

Él y mamá, iban de la mano. Mamá tomo la mía, para darme fuerzas. Eso éramos nosotros tres, fuerza pasamos por mucho y nunca nos dejamos solos.

Entramos a la oficina, la directora nos esperaba sentada en su escritorio. Y para mi sorpresa y desagrado, la profesora Alvares estaba ahí. Ahora que estaba consciente de sus sentimientos hacia mí, note la cara de asco que hizo al verme. Pero esa cara no fue nada, a comparación de la mueca que hizo cuando noto las manos entrelazada de mis padres.

— Buenos días Señor y Señora Black — saludo la directora. Mientras ella les regalaba una sonrisa cordial. La profesora, se mordía el labio.

Esto me resultaría gracioso si no fuera por las cosas que me trajeron aquí.

Mí chicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora