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La palabra secretario seguía en mi cabeza, llevarle cafés, pedirme que le cancele citas, no sé, cosas de secretarios.

-Vamos Woonie, sabes que un secretario para la mafia no es lo mismo que un secretario de oficina.

-¿Me pedirá que mate a alguien?

Le vi poner los ojos en blanco a través del espejo. Termine de arreglarme y seguido me despedí de Yeo para ir donde mi hermano.

De camino mi cabeza no paraba de darle vueltas al tema de ser su secretario, no podría simplemente follarme y luego pagarme? No es como si no lo hubiera intentado hacer.

¿Y si tiene un fetiche raro? ¿Le gustará que me ponga orejas de perro y simplemente labre? O peor aún... que tenga que actuar como un caballo?

Comencé a asustarme, por así decirlo, pero como está tan bueno se lo permitiré todo.

Llegue al bar, el cual aún no abría al público, y lo primero que vi fue a Yoongi sobre Jungkook.

-¿Llega a entrar Felix y qué? No puede ver a sus padres casi follando si no llegara a ser por la ropa.

-Wooyoung no me toques los cojones de buena mañana. -Dijo Jeon tan amable como siempre. Yoongi, en cambio, hizo un puchero pensando en los hermanos australianos, los cuales eran casi sus hijos.- Vale... vamos a una habitación.

-Por cierto, pequeño Jung, tu gran hombre de negocios, te espera en el despacho.

Rodee los ojos y fui al despacho, entre sin llamar a la puerta y cerré esta detrás mío. Estaba sentado con las piernas cruzadas y los brazos sobre el sillón dándole un aspecto dominante. No me dijo nada por lo que decidí sentarme frente a él.

-¿Quién te ha dicho que te sientas ahí?

Separo las piernas y palmeo sus muslos mirándome directamente a los ojos. Me levanté sin cortar el contacto visual y me acerque lentamente. Me quedé estático frente a él y me estiro del brazo prácticamente tirándome sobre su regazo.

-Ayer te fuiste y nos dejaste terminar de hablar, eso está muy feo de tu parte pequeño ángel.

Le miré con una sonrisa socarrona y sin tener pensado contestarle, pero me golpeo el muslo haciendo que soltara un quejido.

-No quiero ser un secretario, yo quiero estar en la acción, antes de ser una putita de turno era y sigo siendo un pandillero de peleas callejeras.

Me miro fingiendo sorpresa para después rodar los ojos.

-Nadie te dijo que no vayas a estar en la acción, es más, tienes otra pelea con baek como la que tuviste hace unos años y está junto a otra pelea decidirá quien se quedara al mando de la zona.

-¿Cuándo?

-Todavía no hay fecha, no...

Me pasé las manos por el pelo y comencé a temblar sobre su cuerpo, lo había pedido yo mismo, pero desde la última pelea con Minju... si no llega a ser por mi padre Kim no sé que sería de mí.

-Ey angelito... que pasa?

-Sé que te lo acabo de decir, pero no estoy listo, la última vez Minju...

Aquel nombre salió como un rasguño de mi garganta, sentí la primera lágrima salir de mi mejilla. Sentí los brazos del contrario alrededor de mi cintura y me acomodo para estar cara a cara, paso su mano por mi mejilla limpiando la lágrima.

-Vendrás a vivir conmigo, siempre que vayas a un sitio, iré contigo y te estaré entrenando. En el local donde se haga la pelea tendré a mis mejores hombres cubriendo esa zona y solo se podrá entrar con invitación.

-Pero...

-Sin peros Wooyoung, tu seguridad va lo primero y con solo verte así de roto frente a mí hace que imagine lo peor.

Baje la mirada cortando el contacto visual y comencé a jugar con un botón de su camiseta. Este me apretó contra él en un abrazo y comenzó a girar la silla como si nos estuviera balanceando. Acomode mi cabeza en su hombro y agarre su brazo para delinear con mi dedo su tatuaje.

-Sé que empezamos con mal pie, pero en serio que no quiero que te pase nada, Angelito.

-Lo sé... yo tampoco quiero que te pase nada.

Me estaba quedando un poco dormido, pero cuando sentí sus labios en mi frente se me fue de golpe, lo mire sorprendido y este se rio por mi cara, era la primera vez que lo veía reírse de manera tan auténtica.

-¿De qué te sorprendes? Ni que fuera una máquina de matar.

-Bueno...

-A ver, sí que he matado, pero tengo sentimientos y emociones.

Me reí negando y él simplemente se me quedo mirando con una sonrisa. Me agarro desprevenido cuando me robo un beso, uno corto, sin malicia. Sonreí y me incliné sobre el dándole muchos besos seguidos. Este se rio entre los besos y terminé por separarme.

No sabía que había cambiado de un día para otro o en ese rato juntos, pero ese no era el Phoenix del que tanto había oído hablar.

-Tengo que irme, mis cosas no se van a recoger solas... ¡Damron!

-¿Qué?

-Tengo un dóberman llamado Damron.

-Lo se Woo pero que pasa?

-¿Me lo puedo llevar? Bueno, realmente somos un pack.

-Ya lo daba por hecho. Va vámonos tus cosas no se guardarán solas.

-¿Vienes?

Rodó los ojos y sin contestarme se levantó del sillón conmigo en brazos y comenzó a caminar.

-Vale, ya lo he entendido, ahora bájame.

Me ignoro y comenzó a caminar conmigo en brazos pasando por todo el local hasta salir a la calle.

-Bájame San.

-Por...

-Porque lo digo yo.

-Esa no es la palabra mágica.

Me metió en su mercedes y siguió mis indicaciones hasta llegar a mi casa. Aparco en la puerta y entramos. Al abrir la puerta vi a Seonghwa poniéndose los zapatos mientras Yeo le daba besos.

-Vayan a un hotel.

-Llegas a venir antes y nos ves follando en la cocina.

-Meh, sé cómo es Yeo en la cama, antes éramos amigos con roce y hemos participado en una orgía juntos.

Los dos mafiosos se quedaron sorprendidos y mi amigo se limitó a taparse la cara.

-¿Entonces podríamos hacer un cuarteto?

-¿Qué? Claro que no Hwa -Dijo Yeo alterado.

-Por mí no hay problema.

Me giré para mirarlo con el ceño fruncido.

-Ni lo pienses Choi San.

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⏰ Última actualización: May 04 ⏰

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𝗧𝗮𝗸𝗲 𝗬𝗼𝘂 - 𝗌𝖺𝗇𝗐𝗈𝗈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora