𝒩𝒾 𝓀𝒶𝓇'𝓉𝒶𝓎𝓁𝒾 ℊ𝒶𝓇 𝒹𝒶𝓇𝒶𝓈𝓊𝓊𝓂 [Dinluke]

Capítulo 2: En el nombre del amor

—Encárgate de mantener todo en orden, no sé cuanto pueda tardar, no veo mandalorianos muy seguido.

Mientras Luke le daba indicaciones a R2 sobre su ida, el pequeño se subió al X-Wing bastante emocionado, aquellos balbuceos y risas de felicidad alimentaban el alma de Luke, dentro de él sabía que estaba haciendo lo correcto, a pesar de las voces en su cabeza de Obi-Wan y Yoda diciéndole lo contrario.

—Bien pequeño, estamos listos pero... honestamente no tengo ni idea de donde estará tu padre.

Grogu enseñó sus pequeños dientes y a través de la Fuerza le habló.

—Ah... ¿Tatooine?

Luke no había pisado aquellas tierras en mucho tiempo, y para ser honestos le aterraba, pero una agitación de cabeza de manera negativa y otra mirada de Grogu hizo que entendiera mejor el mensaje.

—Ya veo, entonces vamos a buscarla.

No quería ni imaginar qué hubiera dicho Ahsoka al respecto, pero esto era la decisión de Luke, y sabía que mantener así al bebé solo haría que las cosas empeoren y su Fueza sería gravemente perjudicada. No es como si Luke fuera diferente o ajeno al apego, adora a Leia, y si le dijeran que lo separarían de su gemela para siempre es bien sabido que el lado oscuro jugaría en su contra. Sería un hipócrita si mantuviera al bebé en la intemperie.

Y ni hablar si a Leia la separasen de Han y Ben, piedad tenga la Fuerza de mantener la galaxia a salvo de Leia enojada.

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Luke no recordaba que fuera tan complicado atravesar Mos Eisley por una reparadora y reabastecimiento de combustible y naves espaciales. Pero ya todo fue claridad una vez que pudo aterrizar el X-Wing alrededor de toda la chatarra y piezas mecánicas

—¡Hola oficial! Solicité mi sello de certificación de la nueva República mientras usted aterrizaba, es una gran coincidencia si me pregunta.

Luke se levantó de su asiento al oír los nervios de la mujer y supuso que ella era de quien Grogu se refería.

–Lo siento pero no soy un oficial, mi nombre es Luke Skywalker, busco al mandaloriano, creo que usted lo conoce.

—Bueno... conozco a mucha gente y no puedo recordarlos a todos, ya sabes. Pero... si llego a recordarlo, ¿para qué lo necesitas?

Luke sonreía de lado al sentir la lealtad de la mujer ante el Mando.

–Necesito hacerle una entrega especial.

Grogu salió de su escondite y cuando la mujer de cabello rizado lo vio casi salta de la felicidad.

–¡Pero miren quien es!

Ella acercó al pequeño de orejas grandes en sus brazos mientras le hablaba en tonos dulces e infantiles, era increíble como la gente caía tan rápido a los encantos de este niño tan adorable, y Luke no era la excepción.

–¿Entonces conoce al mandaloriano?

–Oh, el Mando no esta aquí.

–¿Y donde está?

–No se, tiene un trabajo aquí en Mos Espa. Pero tranquilo, dame un segundo ¡acaban de llegar! Déjame saludar a mi viejo amiguito.

—Patoo.

Luke rodó los ojos impaciente mientras vaia a la mujer arrullando al pequeño.

—Aw, ven aquí ojos brillantes.

—Su nombre es Grogu.

—¿Grogu? Ahg, que horrible nombre, lo siento amigo, de ninguna manera te llamaré así. ¿Qué tienes allí? ¡Ah! Algo brillante, que elegante te ves con esa malla de Beskar. Ay, debes de morir de hambre, ¡tráiganle unos gusanos Don a mi amigo!