El marketing editorial es una basura

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He estado un buen rato pensando el título de esta nueva parte. Entre las opciones he barajado: "el marketing editorial es como los billetes de quinientos euros", "ghosting editorial o, lo que es lo mismo, el marketing que nunca tendrás" y "libro publicado= libro olvidado". Creo que intuís por donde voy.

No es ningún secreto que los autores estamos descontentos con la promoción que se les da a nuestras obras. No es ningún secreto tampoco hablar de cómo adquirimos a regañadientes la responsabilidad de hacer nuestra promoción. Y no es para nada un secreto afirmar que si las ventas no van bien, te van a señalar a ti como un mal promotor de tu propia obra. Si pensabas que publicar con editorial te garantizaba un puesto en las marquesinas de los autobuses, ¡sorpresa!, no es así.

Tenéis que entender que publicar con editorial y ser un libro súper ventas son cosas diferentes y planificadas. Las editoriales eligen en qué libro van a poner dinero para hacer que llegue a todas y cada una de las librerías del país ocupando un sitio destacado. Y no va a ser ni el tuyo ni el mío. Da igual que tengas una base lectora, aquí solo hay dos factores que aplican a que la editorial ponga dinero en mover tu libro: que seas (muy)  famoso o que seas (muy) amigo. Os digo esto sabiéndolo de primera mano y sin poder contar mucho más.

¿Cómo se organiza la promoción de una obra?

Lo primero que quiero poner sobre la mesa es que las editoriales pequeñas y medianas no suelen tener una persona especialista en marketing en plantilla. Ni de lejos, alguien especializado en marketing editorial. Bueno, para ser honestos, muchas no tienen ni plantilla. ¿Qué quiero decir con esto? Que en muchos casos, la misma persona que edita es la que crea el plan de marketing (a veces, incluso, la misma que además corrige tu obra).
Podríamos ser comprensibles y pensar que siendo una editorial pequeña es normal que se reduzcan gastos y entenderlo, pero, amigas autoras, esto es un negocio; nosotras hemos trabajado durante meses en un manuscrito, lo hemos movido, hemos trabajado en la corrección las veces que ha sido necesario, reescribiendo párrafos y páginas enteras a las órdenes del corrector, qué menos que pedir que se trate a nuestra obra con profesionalidad. Como apunte, os recuerdo que los autores siempre somos los últimos en cobrar: al corrector se le paga por el servicio más allá de si el libro vende o no, al portadista, ídem, pero las autoras cobran en función de las ventas. No vendes, no cobras.
Este es uno de los puntos clave para entender por qué las editoriales no están promocionando tu libro. ¡No les hace falta!
En primer lugar, saben que tú vas a poner todo de tu parte para darte a conocer. Vas a hacerte tus propios banners, vas a apuntarte a dinámicas en Twitter y en Instagram, vas a hacer aesthetics de tus personajes, booktrailers e incluso trivials. Vas a intercambiar ejemplares con otras autoras (pagados de tu bolsillo), vas a buscar bloggers a los que enviar copias digitales para que te reseñen, vas a organizar concursos, charlas y presentaciones... Todo esto lo he visto hacer y lo he hecho también. Y os aseguro que es AGOTADOR.
De hecho, promocionar un libro dentro de una pequeña editorial te va a generar pérdidas. Sí, porque el marketing no termina en redes sociales, no funciona si solo te enfocas en internet: tienes que salir a la calle.
Festivales, ferias del libro, convenciones... Asistir a estos sitios cuesta dinero (viaje, comida, estancia) y adivinad quién lo paga: otra vez vosotras. Vais a ser invitadas a una feria del libro a la que iréis con mucha ilusión a pasar 10h bajo una carpa, en donde con suerte habrá un montoncito de 5 o 6 ejemplares de vuestro libro y vais a esperar a que la gente se acerque para firmarlo/venderlo. Porque al parecer, somos comerciales de venta también. No habrá roll ups anunciando vuestra firma o carteles con vuestra portada ocupando el hall de una librería (eso solo pasa a unos pocos de los que ya hemos hablado antes). Así que sí, promocionar tu libro en eventos requiere un gasto en gasolina o billetes de tren o avión y comida que no te van a sufragar.

Y en segundo lugar, y no menos importante, dentro de una editorial grande, tu libro es un objeto que ocupa lugar y como tal, aunque no se promocione adecuadamente, aunque la gente no lo conozca, las editoriales se van a asegurar de que el librero lo ponga en la mesa de novedades junto a los libros que sí tienen promoción, junto a los que sí quieren vender, porque si tu libro ocupa espacio en esa mesa significa que un libro de la competencia está escondido en una zona fría del local. Es decir, eres el escudo para que el libro en el que han puesto dinero reluzca sin que la competencia le haga sombra.

Vale, pero entonces, ¿qué hacen las editoriales?

En mi experiencia, enfocan mal la promoción. Mis publicaciones con sellos grandes directamente no han tenido promoción. Las de editorial pequeña han sido caóticas y sin un objetivo claro. Creo que se enfocan mucho en vender durante la preventa (en otro momento hablaremos sobre por qué me parece una mala idea hacer preventas) y en cuanto el libro sale, se olvidan de él.

También he visto editoriales que se esfuerzan más en crear una imagen de marca propia que en mover y promocionar sus libros. A algunas de ellas les tengo simpatía, me caen bien, pero no les mandaría un manuscrito. Creo que esto da para otro capítulo.

¿Tenéis preguntas? Las leo todas.
Si no es así, puede que en el siguiente wattlog (que cutre queda esto) os hable de cómo conseguí publicar por primera vez.

Hasta la próxima.

 

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