Parte 2: Tensión

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Mina salió de la habitación y se dirigió al balcón para tomar aire fresco. Su mente estaba llena de pensamientos y emociones encontradas. Aun si fue ella quien le dijo a Dahyun sobre lo de Sana, no podía creer que esta última le había hecho algo así a Dahyun, a alguien tan llena de alegría, de amor, de felicidad, alguien quien ella consideraba la persona mas pura en la Tierra, la persona mas hermosa...

Mientras estaba en el balcón, su teléfono sonó. Era una llamada de Sana, y Mina lo tomó con cierta vacilación, sin estar segura de lo que podría decirle.

—¿Qué quieres Sana? —dijo Mina con voz fría.

—Solo quiero saber qué demonios está pasando, Mina. ¿Por qué te llevaste a Dahyun en tu auto? ¿Por qué estás haciéndome esto? —dijo Sana enojada.

—No estoy haciéndote nada, Sana. Solo estoy ayudando a una amiga en problemas —respondió Mina con firmeza.

—¿Amiga? No me hagas reír Mina. Sé muy bien que sientes algo por Dahyun, siempre lo has hecho. Y ahora, ¿estás tratando de alejarla de mí? —dijo Sana con un tono de celos en su voz.

—Deja de hacer suposiciones, Sana. Yo solo estoy siendo una buena amiga y ayudando a alguien que lo necesita. No tengo nada más que decirte —respondió Mina, comenzando a enojarse por la actitud de Sana.

—¿Nada más que decirme? ¿Qué hay de todas las veces que te confié sobre mis sentimientos por Dahyun y tú fingiste estar de acuerdo conmigo? ¿Y ahora vas y haces esto? No puedo creer lo egoísta que eres, Mina —gritó Sana con furia.

Mina se sintió como si un cuchillo se hubiera clavado en su corazón. Sabía que Sana estaba en lo correcto en cuanto a sus sentimientos hacia Dahyun, pero nunca había imaginado que Sana se enojaría tanto por lo que estaba haciendo.

—Sana, yo... lo siento. No quería lastimarte —dijo Mina con tristeza.

—Parece que eso no te importó cuando te llevaste a Dahyun. Ya sabes lo que siento por ella, y aun así... no puedo creer que hayas hecho esto —respondió Sana con voz temblorosa.

—Lo siento Sana, pero también sabes que Dahyun es importante para mí. No puedo simplemente alejarme de ella cuando necesita ayuda. Y no voy a dejar que me culpes por algo que tú misma causaste —dijo Mina con determinación.

—¿Causé? ¿Cómo puedo ser responsable de algo que tú has estado planeando desde hace tiempo? Siempre he sabido que querías a Dahyun para ti sola, y ahora lo estás logrando —dijo Sana con sarcasmo.

—No es cierto, Sana. No estoy tratando de quitártela. Pero tampoco voy a negar mis propios sentimientos. Y si eso significa que tengo que alejarme de ti para estar con Dahyun, entonces lo haré —dijo Mina con decisión.

Sana se quedó en silencio por un momento, y Mina pensó que tal vez finalmente había logrado llegar a ella.

Pero luego, Sana habló con un tono más amenazador.
—Mira, Mina, no sé qué te pasa en la cabeza, pero debes olvidarte de Dahyun. Ella es mía, siempre lo ha sido y siempre lo será. No permitiré que tú o cualquier otra persona se interponga en nuestra relación.

Mina se sintió más frustrada que nunca. —¡No me hables de 'nuestra relación'! ¿Acaso no te das cuenta de que ya no hay nada entre tú y Dahyun? La engañaste y la perdiste, acéptalo. No tienes derecho a decir que es tuya cuando la lastimaste de esa manera. Además, tú sabías que yo estaba enamorada de ella. ¿Cómo pudiste hacer algo así?

Sana suspiró. —Mina, lo siento mucho, pero eso no cambia el hecho de que todavía la amo. Y si tú sigues interfiriendo en nuestra relación, tendré que tomar medidas drásticas.

Mina sintió un escalofrío al escuchar las palabras de Sana. ¿A qué medidas se refería? ¿Era capaz de hacer algo peligroso? Mina no quería imaginarlo, pero sabía que no podía subestimar la locura de Sana.

—Mira, Sana, esto no tiene que ser así. Podemos hablarlo como adultos y llegar a un acuerdo. No quiero hacerte daño, pero tampoco voy a renunciar a mis sentimientos por Dahyun —dijo Mina, tratando de mantener la calma.

Pero Sana parecía estar fuera de control. —¡No me importa lo que sientas! Dahyun es mía y no dejaré que nadie se interponga en nuestro camino. Si no te alejas de ella, te arrepentirás.

Mina estaba aterrada. No sabía qué hacer. No podía simplemente renunciar a Dahyun, pero tampoco quería poner su vida en peligro.

Finalmente, decidió que era mejor terminar la llamada antes de que las cosas empeoraran.

—Lo siento, Sana, pero tengo que irme. Necesito tiempo para pensar en todo esto. Hablaremos más tarde —dijo Mina, y colgó el teléfono sin esperar a la respuesta de Sana.

Mina se dejó caer en su cama y cerró los ojos. No podía creer lo que acababa de pasar. Había perdido su amistad con Sana y por poco perdía a Dahyun. Un lado de ella se sentía bien porque Dahyun pudo encontrar a Sana en aquel momento y darse cuenta que la engañaba, pero por otro lado ¿Cómo había llegado todo esto tan lejos? Estaba nerviosa, no iba a mentir, las amenazas de Sana sonaron muy fuerte en su cabeza, pero no iba a dejarse llevar por el miedo, tenía que ser fuerte por ella y por Dahyun.

Mina trató de calmarse y luego de un rato decidió que lo mejor sería dormir y dejar que su mente procesara todo lo sucedido. Se acurrucó bajo las mantas y cerró los ojos, sintiendo cómo el sueño la envolvía.

Pero su descanso fue interrumpido por un ruido en la puerta de su habitación. Mina se sobresaltó y se levantó de la cama, tratando de escuchar mejor.

Escuchó como trataban de abrir la puerta..


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