Parte 9: Bajo la luz de la luna (Epilogo)

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Han pasado varios años desde el terrible incidente en el que Sana secuestró y agredió a Dahyun. Finalmente, la justicia hizo su trabajo y Sana fue procesada por los delitos cometidos. Durante el juicio, también se reveló que Sana había agredido a Chaeyoung en el pasado, por lo que también fue procesada por esos cargos. La sentencia fue severa y Sana fue condenada a pasar varios años en prisión.

Dahyun y Mina continuaron sus vidas, pero nunca olvidaron lo que Sana les había hecho. Con el tiempo, y citas con psicólogos, aprendieron a vivir con el dolor y la cicatriz emocional que les había dejado el trauma.

 Un día, después de mucho pensarlo, decidieron que era hora de visitar a Sana en la cárcel.

Cuando llegaron al centro penitenciario, se encontraron con una Sana muy diferente a la que recordaban. 

Su piel estaba pálida y parecía más delgada que antes, como si el peso de la culpa y el remordimiento la hubiera consumido por dentro. 

—Minatozaki, tienes visita — gritó el guardia.

Sana volteo hacia él extrañada, nadie había venido a visitarla durante los últimos 3 años, su madre al igual que su familia le dieron la espalda luego de enterarse de lo que hizo.

Y ella lo entendía..

Nadie iba a querer a un mounstro como ella..

Sana se paró y siguió al guardia hasta la sala de visita que le asignaron, y cuando entró, la vio..

A quien tanto amaba, a quien tanto daño hizo..

—Dahyun... —fue imposible para la nipona evitar que las lagrimas se le escurrieran por la cara al verla luego de tanto.

—Sana.. —Respondió Mina ni bien sintió a Dahyun temblar en su mano.

—Lo siento tanto chicas —dijo Sana llorando —Sé que no merezco su perdón, pero necesitaba decírselos de frente. Me arrepiento mucho de lo que hice, y nunca podré borrar el dolor que les causé.

Dahyun y Mina escucharon a Sana con atención, pero era difícil para ellas perdonarla después de todo lo que había sucedido. Sin embargo, decidieron hacer un esfuerzo y le dijeron a Sana que, aunque era difícil, la perdonaban.

—Es muy difícil para nosotros perdonarte, Sana —dijo Dahyun —Pero sabemos que necesitas sanar y seguir adelante. Queremos que sepas que no te odiamos, pero no podemos volver a confiar en ti. No podemos olvidar lo que nos hiciste.

—Yo lo entiendo, solo quería decirlo antes de que sea tarde —respondió Sana aun con lágrimas.

Después de la conversación, Mina le pidió a Dahyun que la esperara afuera mientras ella hablaba con Sana a solas. Cuando estuvieron solas, Mina se acercó a Sana y le confesó lo que tenia planeado desde hace semanas.

—Sé que esto no tiene nada que ver con lo que pasó —dijo Mina —Pero necesitaba decírtelo. Dahyun es mi vida, y quiero pasar el resto de mi vida a su lado. Sé que nunca podrás estar allí para verlo, pero quiero que sepas que voy a hacer todo lo posible para que ella sea feliz.

Sana escuchó atentamente las palabras de Mina y se emocionó al ver lo fuerte que era su amor. Sabía que no merecía estar presente en ese momento de felicidad, pero se sentía agradecida por haber tenido la oportunidad de pedir perdón y escuchar las palabras de sus amadas.

—Gracias, Mina —dijo Sana —No merezco su amor y su perdón, pero espero que puedan seguir adelante sin mí. Y sé que Dahyun estará muy feliz a tu lado.

Dahyun y Mina se despidieron de Sana y se fueron juntas, sintiendo un peso pesado en sus corazones desaparecer.

Y Sana por fin pudo ver la luz, sus fantasmas no desaparecerían en su totalidad, pero se sentía un poco mejor.

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