Dónde Enzo se entera que participará en la mayor, dónde no solo juega el mejor de todos los tiempos si no que también su platónico amor; Julián Álvarez.
La selección se a vuelto una peculiar familia, y en cada concentración se reencuentra, ahora con...
Recordaba que de pequeño una vez me había parecido atractivo un chico, en ese entonces no distinguía entre lo que las personas ven como bien o mal, o entre "normal" y "distinto".
Un día se lo dije a mi madre.
"Mami, creó que me gusta alguien" le conté, en su emoción me preguntó quién, pero yo no pude responder "un chico, es mi..." mi madre me interrumpió en ese momento con asombro y a la vez en su ojos podía notar que me miraba con cierta pena. Ese día me ignoro por completo, nunca más volví a hablar de ello o me volví a acercar de esa manera a un chico.
Pero Enzo era distinto, ya me lo había planteado otra veces. No de está manera, si no que aveses sentía que Enzo me dedicaba sonrisas solo a mi, o la manera en la que me miraba cuando apenas nos conocíamos, también noté como se alejó de mi. Yo había enterrado esa parte de mi, más cuando he crecido y veo lo imposible que sería algo así en nuestras vida.
"Me gusta la manera en la que el mira, solo a mí"
Me apoyé unos segundos a contemplar su figura al dormir, dormía acurrucado como un bebé. Aveses me daba risa la idea que tenían de el, aún éramos jóvenes, aún teníamos mucho que aprender para formar nuestro carácter.
"Me gustaría poder besarlo"
☆
Julián se acercó a la cama de su compañero sigilosamente, cuando estuvo lo suficiente cerca dió pequeños toques en su hombro.
— Enzo, hey — formuló pequeños "tss" para que el menor se despertará.
Su compañero, completamente desentendido de la situación se frotó sus ojos en busca de mayor nitidez a causa del sueño.
— ¿Julián? — dijo adormilado — ¿Que pasó?
El mayor dudó un segundo de sus palabras.
— ¿Me dejas que te dé un beso? — Dijo mirando directamente a los ojos de Enzo.
"¿En qué mundo Julián me daría un beso? Solo en mi sueños" Fue exactamente los que pensó el menor antes de aceptar.
Era un beso simple, sus labios buscaron mayor profundidad pero no lo suficiente para un beso intenso. Fue corto, y causo una sensación electrizante en ambos, la corriente viajando por sus cuerpos.
Enzo sentía los cálidos labios de su compañero demaciado reales, pero no podían serlo, tampoco entendía como podía estar tan conciente en su sueño pero estaba demaciado cansado.
Al separar sus bocas Julián rozó la mejilla de Enzo, buscando talvez que el moreno dijese algo pero este estaba dormido por completo.
El mayor se alejó, dirigiéndose a su cama para poder descansar —había un partido al día siguiente, aunque su cabeza estuviese en otro lado— pero escuchó un murmullo proviniente del menor, sonó a un "te quiero".
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