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Roier era un chico muy curioso, por no decirle chismoso.

Sabía todo, de todos, no había ningún rumor que no haya pasado por sus oídos al menos una vez. Por eso y por su increíble capacidad de redacción, había logrado alcanzar el puesto máximo en el club de periodismo luego de que el antiguo ex-presidente se graduase.

Aquello tenía que ser festejado en grande, pero no con una fiesta o algo parecido. Debía iniciar su mandato como presidente con algo increíble, con una nota que nadie se haya atrevido hacer, algo que le interesase a la población y que él fuera el primero en hacerla.

¿Y que mejor que hablar de aquel tipo al cual nadie se le acercaba por su horrible reputación?

Pero había un pequeño problema, él era un periodista muy profesional pero hasta a él le daba miedo los rumores que se decían de Spreen. Se decía que el tipo era muy volátil y agresivo, que participaba en peleas ilegales, apuestas y hasta que se drogaba detrás de la escuela.

¿Qué tal si golpeaba a Roier solo por querer entrevistarlo? ¿Y si pensaba que lo quería acosar y le decía a alguno de sus amigos matones?

Oh no, él no arriesgaría su bonita carita de bebé solo por cubrir una noticia para el periódico escolar. Así que decidió que recolectaría información desde lejos, observándolo y haciéndole pequeñas entrevistas a las personas que habían interactuado con él en un pasado.

No descansaría hasta saber cuál era la verdad de Spreen Buhajeruk. Esta sería la mayor nota de toda su carrera estudiantil y haría todo lo posible para poder realizarla, claro, sin que el pelinegro se enterarse porque lo más seguro es que si lo hacía, le destrozaría todos los huesos del cuerpo.

Y así fue como se decidió a dar comienzo a la operación: "Investigar sobre el osito sin morir en el intento"

Bad Reputation | SproierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora