CAPÍTULO SEIS | PARTE I
❝ UNA FAMILIA ❞—Usted es encantador.— el elogio que Yan An le hizo generó en él un rubor no intenso, pero si poco visible a la vista suya. La oscuridad del entorno era la enemiga esta vez y le impedía a ella poder apreciar con tanta claridad ese rostro tan serio y estoico sumergido ahora mismo en una adorable expresión de sorpresa y poco de asombro. Quizás era una de las muy pocas veces que Cheon Ma verdaderamente se sentía nervioso y no hallaba respuesta rápida que dar —Estoy segura de que nuestra hija será feliz porque tendrá a un padre que verdaderamente la ame.— algo que ella hubiera deseado tener en su vida pasa y quizás aquí (los anhelos a veces son muy inexplicables) ella en serio hubiera deseado haber recibido algun indicio de que era apreciada por la secta de hielo y hasta el momento no volvió a tener noticias de parte de quién dice ser su madre, ¿Es está la verdadera vida a la que está villana se enfrentan? No eran tan distintas después de todo entonces.
—Yan An.— la mano de su esposo se atrevió a acomodar un mechón de su cabello que rebeldemente había caído en cerca de su rostro y de su ojo, no resultaba ser una molestía para ella, pero para Cheon Ma, ese mechón de cabello era un terrible obstáculo que le impedía seguir viendo esa mirada marrón de su esposa —¿Por qué dices esas cosas tan de repente?, lo haces con un tono de voz muy extraño.— como supuso desde un principio, ese hombre era muy perspicaz. Podía sentir y entender todo de una manera rápida que hasta era aterradora. Él pudo saber que algo le estaba sucediendo a ella y no demoró en preguntar lo que se trataba.
—Lo preocupé innecesariamente.— era mejor evitar hablar del pasado y seguir un camino nuevo en el que ella lo trace a favor suyo y de su hija, en el que ambas logren sobrevivir a sus trágicos sucesos históricos —Me siento culpable, parece ser que rompí el ambiente tranquilo.— no, no era suficiente para convencerlo del todo. Cheon Ma aún seguía presintiendo que algo le estaba sucediendo a esa mujer y que no quería serle confesado —Olvidemos todo eso.— el tacto frío en su mano lo hizo reaccionar de repente y fue lo que logró distraerlo definitivamente de sus pensamientos —Sigamos hablando de nuestra hija, ¿No cree usted que está convirtiéndose en una adorable niña? Cuanto menos nos demos cuenta, ella ya estará cumpliendo su mayoría de edad.
Aunque él tratase de hallar lo positivo en aquello, le era casi imposible el hacerlo. Se sintió culpable por no haber podido estar tan presente en la vida de esa niña y en la suya también, la de su esposa. No desea que Cheori crezca, no quiere verla convertirse en una mujer tan rápido. Tampoco desea verla a ella crecer. Sonará egoísta, pero él solo desea vivir eternamente al lado de esas dos mujeres sin perderla a ninguna de ellas ambas.
—Yan An.
—¿Sí, mi señor?— repentinamente él había cortado toda clase de distancia que pudo haber existido entre ambos y se dió, por primera vez, un beso verdaderamente deseado por él.
En principios, ella se encontró petrificada en su sitio intentando entender lo que estaba sucediendo sin lograr el hacerlo con rapidez. Segundos después en los que sintió las manos tan calientes de su esposo tomarla de la cintura fue lo que la hizo reaccionar de golpe y despertará para razonar con claridad y entender que lo que estaba pasando ahora mismo entre ambos era un beso con mucha intensidad por parte de él.
—E-Espere— empujó al pelirrojo de su cercanía cortando la unión al instante.
Ambos tenían sus respiraciones aceleradas y se debía a la falta de aire que sintieron —usted...¿Por qué hizo eso?— su rostro se calentó tanto que ahora la que tenía un rubor tan intenso era ella a comparación de él.—Eres mi esposa.— respondió como si fuese algo normal, lo que lo era teniendo en cuenta la situación de ambos en lo que los une un contrato de matrimonio, pero que es una muestra de afecto tan rara viniendo de él (sobre todo de él) quien no sentía más que asco y repulsión por quien era antes su esposa —Tengo derecho a besarte.
—¡Lo sé, pero-...!— ni siquiera hallaba las palabras adecuadas para contestarle sin sonar como una idiota.
—Acaso...¿No fue de tu agrado?— la pregunta que hizo fue inesperada, así como ese beso anterior.
—¡No, no...quiero decir, sí fue de mí agrado!— todas las idioteces que estaba diciendo solo estaban empeorando sus nervios y el calor de todo su cuerpo que ni siquiera con el frío de su sangre lograba templarse —Es solo que es tan extraño que usted...halla demostrando una muestra así de afecto conmigo.
—Sé la clase de persona que fui antes.— alguien frío (que iba en contra de su sangre caliente) y verdaderamente tosco con la original Yan An, pero que ahora deseaba cambiar porque todo en ella había cambiado y era un cambio que a él le encantaba —No podré reparar todos mis errores, pero quiero intentarlo una vez más contigo. Quiero que seamos una familia, Yan An.— besó la mano de su esposa generando el golpe de calor en todo el cuerpo suyo.
Los labios de Cheon Ma sintieron de repente una sensación tan fresca de aquella piel pálida que fue una claro indicador para el saber que ella se estaba sintiendo nerviosa.—Mi señor.— al alzar la mirada sus brillantes ojos rubíes se conectaron con los de su esposa y nuevamente surgió un beso entre ambos, esta vez un beso que fue iniciado por ambas partes —Sí.— aceptó luego de haberse separado —Quiero también que seamos una familia.
En el dormitorio de la señora de la secta, los niños habían terminado de cenar y ahora tenían unas cortas horas para jugar juntos.
Pusieron a Wooryeon al lado de Cheori y esparcieron varios juguetes de la pequeña princesa sobre el suelo para que ellos eligieran al que más quisieran y se divirtieran juntos.Las sirvientas veían en ellos dos adorables hermanitos jugando juntos, pero para ellos no se sentía una atmósfera cómoda. Tanto él y como ella se sentían incómodos de solo estar al lado del otro.
—Mida (mira)— aunque ella intentó cambiar eso. Quizás estaba juzgando mal al protagonista masculino demasiado rápido —mami me degalo eto (mami me regaló esto)— comentó al niño mientras le mostraba una hermosa muñeca de trapo hecha a mano artesanalmente.
—¿La señora hizo esto?— tomó la muñeca entre sus manos y la suave lana de la que estaba hecha le había encantado tanto.
—¡Dí! (Sí)— respondió felizmente al darse cuenta de la atención que había generado en él finalmente —Puedo pestatela pada juga jutos (puedo prestartela para jugar juntos)— ella estaba dispuesta a prestar su juguete favorito para poder entablar lazos de amistad con él. Era ahora mismo un niño pequeño, quizás el jugar sea uno de sus mayores deseos.
—¡Niños!— antes de iniciar con el juego, Yan An había vuelto al lugar —¿Se han estado portando bien mientras no estaba?— ella fue directamente a dónde estaban los dos menores para verlos.
—Di mami (Sí mami)— respondió la pequeña Cheori; Wooryeon se levantó con prisa del suelo tomando por sorpresa a la pequeña.
—Creo que ya es momento de irme.— dijo él —Tengo algo de sueño y mañana inició con mis clases con el maestro.
—Tienes razón, el hora de ir a la cama.— Yan An acarició una última vez aquel cabello castaño. Besó su mejilla como gesto de buenas noches —Descansa mucho, mí guerrero.
—Lo haré, mi señora.— antes de irse le hizo una reverencia corta y se fue casi como un rayo de la alcoba.
Yan An fue y a alzar a su pequeña hija del suelo para dejar varios besos en su mejilla.—Y también es hora de que tú duermas.— las risas de Cheori eran tan encantadores.
Wooryeon llegó a su dormitorio y cerró la puerta con fuerza y demasiado con prisa. No deseaba que nadie lo viese.
Fue directo a recostarse en su cama. Tan suave y tan limpia. Todo su dormitorio estaba limpio y tenía una aroma muy rico a incienso.
Una sonrisa se dibujó en su rostro al ver otra vez la muñeca hecha a mano por su señora. Se veía que era tan delicada.
Abrazó al objeto con fuerzas imaginando que era ella.
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𝐅𝐋𝐎𝐑 𝐃𝐄 𝐇𝐈𝐄𝐋𝐎 | I am the precious daughter of the Greatest Villain✓
Фанфик𝐅|❝ la vida me ha dado el regalo más encantador de todos, una familia a la cual amar y proteger ❞ | «La Preciosa Hija del Monstruoso Villano de las Artes Marciales» no me pertenece, sino a su respectivo autor, por lo que le cedo sus respecti...