──── 𝟎𝟏 » líder.

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CAPÍTULO UNO | PARTE I❝ LÍDER DE LA SECTA DEMONIACA ❞

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CAPÍTULO UNO | PARTE I
❝ LÍDER DE LA SECTA DEMONIACA ❞

Esto es aterrador. No puedo entender nada de lo que está sucediendo a mi alrededor, la gente viste y habla de una forma tan antigua que me pone muy nerviosa. Todo lo que puedo ver y sentir era era tan extraño, no sentía que fuera yo misma, pero soy yo. Es tan confuso.

—Aquí es. —me llevaron hasta una habitación extraña en donde estaría mi supuesto esposo eh hija. Estoy asustada—. Por favor, entre. No se haga esperar más. —no quiero entrar, quiero salir huyendo de allí. Aún no se ni siquiera quienes son esas dos personas que dicen ser muy cercanas a mí ni siquiera sé sus nombres, ¿Cómo diablos voy a hablarle? Sobre todo a él, quién se supone dicen que es mi esposo—. Mi señora.

—No estoy lista. —retrocedí para atrás tomando a todos los que acompañaron con sorpresa. Mis manos temblaban, no, todo mi cuerpo estaba temblando de temor. ¿Quién es Cheon Ma?, ¿Quién es esa niña? No quiero conocerlos, quiero irme a casa—. Quiero regresar. Volvamos de vuelta.

—¡Pero mi señora-...! —la puerta de la habitación se deslizó de repente y nos tomó a todos desprevenidos. Mi alma parecía querer salir de este cuerpo nuevo ante aquel hombre extremadamente raro que tenía delante de mí. ¿Cómo se es posible tener un cabello rojo tan brillante como ese? Hasta puedo distinguir el fuerte rojo de sus iris que eran lo que más destacaban además de sus hebras— ¡Saludos, Gran señor! —esta vez la sorpresa me la llevé yo cuando mis compañeros de guía se inclinaron a puño cerrado y mano abierta delante de él—. Es un honor para todos nosotros tenerlo delante de nosotros una vez más.

Su silencio solo me hacía poner más nerviosa. Tenía su mirada de demonio puesta en mí. Me sentía como una liebre delante de un dragón de más de mil años de existencia y con más de mil muertes cargadas con él.

—Es bueno que hayas venido. —se dignó en decir una palabra finalmente y fue algo dirigido a mí. Su tono de voz era grueso y muy aterrador—. Adelante. No hagas esperar más a tu hija.

Temblé en aquel sitio ante ese tono de voz demandante que estaba usando conmigo.
Mis pies no me respondían, si daba un paso adelante caería rendida al suelo completamente rendida por culpa de él.

—¿Vas a estar allí parada como una estatua por más tiempo? —su mirada era amenazante, no solo yo temí por mi propia vida en aquel lugar.
Hice mi mayor esfuerzo y di mis primeros pasos hacía adelante. Entré a la habitación y oí las puertas cerrarse detrás mío.
Su perfume era fuerte. El sujeto de cabello rojizo intenso se aproximó por si solo a donde se hallaba una cuna. Fui detrás de él a paso lento, estaba asustada por lo que vería aún sabiendo lo que sería—. Me informaron que nació saludable. —era un bebé. Un hermoso bebé que nos miraba a ambos por igual teniendo una clara expresión de duda en su rostro pálido—. Hiciste un buen trabajo al darla a luz con salud.

Era adorable. No podía creer aún que me había convertido en madre tan de repente en tan solo un día.

—¿No piensas cargarla?

—¿Cargarla? —¿Y si por accidente la dejó caer? Nunca eh sido buena teniendo a bebés entre mis brazos. Siempre eh sido una torpe para cargar con objeto que eran muy frágil y un bebé es demasiado frágil para mí—. Oh no, no. —negué repetidas veces—. No quiero lastimarla, soy muy torpe, tal vez la dejé caer y la lastime.

—Mi señora —irrumpió de repente una chica que hasta ahora me percató de su presencia en aquel lugar— puedo ayudarla si gusta.

No, no, por favor...

—Ven, pequeña princesa. Tu madre te cargará por primera vez. —se acercó hasta mí con la bebé en sus brazos y cuando estuvo delante mio me la pasó a mis propios brazos.
Ella se quedaba tan quieta, era como si supiera que soy una idiota para cargar cosas y me diera una mano para ayudarme. Hasta era silenciosa, pensé que lloraría de frustración o de ansiedad al ser cargada por una completa extraña de repente—. Eso es señora. Tomela de su trasero y cuide de su cabecita, apeguela a su pecho así pueda sentir y oír sus latidos.

Era pequeña. Como una muñeca de trapo. Sí, era pesada, pero era capaz de soportarla aún así.
En todo momento él nos observó atento a cada movimiento mío y suyo.

—Eh oído que desde que nació no has venido a visitarla una vez. —ni siquiera podía aceptar que estaba viviendo una nueva vida en un cuerpo extraño. Me enteré de la existencia de esta bebé el día de hoy, así como la tuya propia—. Por lo que veo, era verdad. Ni siquiera sabes cargar a tu propia hija.

—Yo... —mi voz sonó con temblores. Mi cuerpo empezó a temblar también, ¿Qué sucedería si pierdo la fuerza ante el miedo y la dejo caer? No me perdonaría nunca si le hiciera daño a tan solo segundos de habernos conocido— yo lo siento mucho.

—Espero que cumplas con tu deber de ser una madre para ella. —¿Era esto acaso un castigo de la vida? Eh planeado cada cosa que haría en mi vida pasada y nunca eh puesto en mi lista de logros el estar casada y tener hijos—. Wooryeon. —un niño apareció de repente. Tampoco me percaté de su presencia en la habitación hasta ahora—. Andando.

—Sí, maestro. —antes de retirarse, el pequeño niño hizo una reverencia ante mí y se fue detrás del otro.

—Yo... —mi cuerpo estaba perdiendo estabilidad— necesito de tu ayuda.

—¡Mi señorita! —logré entregarle en brazos de la muchacha a la bebé a tiempo antes de caer al suelo totalmente desmayada— ¡Oh Dios, señora! —oí antes de cerrar mi ojos definitivamente.

Al despertar otra vez, no me hallé con la misma habitación de antes. En donde había estado una semana procesando mi miedo de todo esto.

—Señora mía. —volteé y vi a la misma chica que atendió a mí pedido de tomar a bebé a tiempo antes de desmayarme finalmente. Ella se acercó con prisa hasta mí—. Gracias a los cielos, ¿Se encuentra bien? Nos tuvo a todos tan preocupados.

—¡Mi señora! —el mismo tiempo que antes entró a la alcoba— ¡Oh, gracias a todos los ancestros a los cuales les eh regazo, usted volvió a abrir sus lindos ojos!

Pero que dramático es. Solo hace que sus gritos me duelan la cabeza.

—La bebé. —recordé luego a la niña— ¿Dónde se encuentra?, ¿Ella está bien?

—La señorita está bien. Ahora ella está en su cuna. —esa cuna estaba delante de mí. Ya veo. Me han mudado a la habitación de mi hija—. ¡Ah!, ¡Aguarde, usted no puede ponerse de pie aún!

—¡Deje que llamemos a un médicos primero, señora!

Eran tan ruidosos. Solo quiero acercarme y verla una vez más.

—Su nombre. —si de ahora en adelante iba a ser una madre para esa niña ¿No es decente de mí parte conocer su nombre por lo menos—. ¿Cuál es?

—El señor la nombró Cheori el día de ayer. —la respuesta fue dada por ella.

—¿Cheori?

Cheori... Cheon Ma...

Wooryeon...

Un momento. Eh oído en algún lado esos nombres.

Maldita sea.

𝐅𝐋𝐎𝐑 𝐃𝐄 𝐇𝐈𝐄𝐋𝐎 | I am the precious daughter of the Greatest Villain✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora