CAPITULO 14

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Me materialice con dificultad en esa playa, era el ultimo de los escondites, si no se encontraban aquí entonces no tenia idea donde buscar.

Un camino de pequeñas gotas de sangre guiaban hacia la playa, desenvaine mi katana activando mi sharingan. Conforme inicie a acercarme pude notar un chakra.

Era Sakura.

Apresure el paso llegando hacia ella, en cuanto noto mi presencia lo primero que hizo fue sonreírme, aun llevaba la capa gris que Kiba le dio, estaba sentada en el suelo con las rodillas flexionadas y con la espalda apoyada en una roca.

-Sabia que me encontrarias.

Asentí mirando hacia los alrededores.

-¿Dónde esta Obito?-

-Digamos que no podrá hacer daño a nadie nunca más.

Sonreí asombrado aunque no debía sorprenderme, estaba hablando con Sakura, por algo Tsunade la acepto como discípula.

-¿Dudas?

-No-

Ella me miro ladeando la cabeza, cerro un ojo poniendo una mano sobre su frente ya que el sol le pegaba en todo la cara.

-Hay un recuerdo que- hizo una pausa- No sé, es algo extraño pero quisiera saber si es real o no.

-Te escucho.

-Recuerdo que me llevaste a una casa, no recuerdo muy bien pero era vieja y se encontraba en un distrito algo apartado de la aldea, lo único que recuerdo era que tenia tu emblema, dijiste que un día viviríamos ahí ¿eso también es una alucinación o fue real?

-Fue real-

Resopló melancolica.

-¿Estas bie...

-Es una gran vista ¿No crees?-me interrumpió mirando el tramonto.

La mire extrañado pero igualmente asentí colocándome a su altura.

- Te llevaré a Konoha en cuanto reúna el chakra suficiente para un viaje, necesito que Tsunade te revise para ver si estas bien.

La tome de la mano pero ella tiro de mí haciendo que me siente a su lado.

-Sakura...-

-Sasuke...-

Una sonrisa juguetona se dibujo en sus labios, tomo mi mano entre las suyas y entorno la mirada hacia mí.

-Así que una protección ¿no?-

Su mirada era acusadora pero el tono de voz era divertido.

-No quería que te hicieran daño otra vez.

-Y por eso me pasaste un poco de tus poderes-

Sonreí avergonzado.

-Si.

Ella rio abiertamente, clavo su mirada en mí y posiciono una de sus palmas en mi mejilla.

-Llego la hora de las preguntas-

-Te escucho.

-¿Fuiste tú mi primer beso?-

Desvíe la mirada sintiendo como mis mejillas iniciaban a calentarse.

-Creo que eso es más que obvio.

-No puedo creer que tú y yo hayamos sido mas que amigos y yo no lo recuerde.

Podía ver la sonrisa divertida en sus labios pero sus ojos no mentían. Estaba triste.

La jalé hacia mi envolviendola en mis brazos, iniciando a acariciar su hermoso cabello largo.

SIGUE RESPIRANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora