Capitulo 27

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Ya habían pasado al menos unas 3 horas desde que salieron de la ciudad, Mikko conducía con mucho entusiasmo mientras que Andrew dormía con la cabeza recargada en la ventana.

Andrew empezó a despertar gracias a los gritos de Mikko, pudo observar que todo era campo, a lo lejos se podía ver el bosque mientras que más enfrente había granjas, cabañas, corrales, sin duda ya no estaban en la ciudad.

— ¿Por qué gritas? — Andrew preguntaba molesto

— Porque un auto me pasó y yo iba ganando en la carrera — Hay personas que nunca maduran, Andrew pensó

— Aprovechando que ya estás despierto, ya mero llegamos — Cada vez se le notaba más feliz, Andrew no tenía ni la menor idea de adónde iban pero estaba seguro

— ¿Y ya me vas a decir adónde vamos? — Seguía insistiendo

— Hasta que lleguemos lo sabrás — Reía malévolamente

Iban por una carretera bastante grande, fácilmente cabían varios coches ahí pero por alguna razón estaba vacío apenas si se podían ver unos cuantos coches a lo lejos.

Andrew se percató que más adelante había un letrero que decía "Cabañas Esmeralda" el cartel también decía que de vuelta en unos 300 metros, eso llamó la atención de Andrew ¿será que ahí irán?

Tal como Andrew había pensado después de haber pasado ese letrero Mikko dio vuelta en un camino que se veía bastante...tenebroso. Era un camino bastante oscuro, apenas si entraban los rayos del sol, había enredaderas por todo el suelo y no se alcanzaba a ver lo que había más adelante.

— ¿Ya me puedes decir a dónde vamos? — Andrew tragó saliva

— No te preocupes, te va a encantar — Mikko aseguró pero Andrew dudaba de sus palabras.
Después de estar bastante tiempo en el camino a lo lejos se pudo ver una luz, como si por fin fueran a salir de ese horrible camino. Ver otra vez la luz del sol cegó un poco a Andrew pero no tardó mucho segundo en ver a dónde habían llegado.

— ¿Y? — Mikko frenó — ¿Te gusta? — Pregunto

— Mikko... — Seguía boca abierta — ¿A dónde carajos me trajiste? — Los se quedaron callados — Es hermoso — Andrew bajó del auto

Era sorprendente, Andrew no se cansaba de observar cada detalle del hermoso paisaje, era un lugar mágico. Había un hermoso lago con agua cristalina, había unos patos nadando en ella, también se podían ver unas flores flotar. Al lado del lago había unas pequeñas montañas llenas de pasto y vegetación. Un poco más lejos del lago se podían observar dos cabañas muy hermosas, las dos eran bastante parecidas, estaban hechas completamente de madera, el techo era de troncos de árbol. Tenían varias decoraciones de flores en las ventanas y entradas. Pero había algo que las diferenciaba una tenía como un tipo de puente hacia un árbol donde había una mini casa, como una casa del árbol. Al fondo de todo se podían ver las montañas y como el sol salía desde atrás de ellas parecía sacado de un cuento.

— ¿Cómo encontraste este lugar? — Andrew seguía sorprendido

— Es un negocio de mi mamá

— ¿Tú mamá trabaja aquí? — Pregunto

— No solo trabaja, es la dueña de todo esto — Andrew estaba sorprendido — Era un sueño que tenía desde chiquita, tener sus propias cabañas en el bosque entonces empezó hacerlo y mira, aquí estamos — Se veía bastante feliz

— Que padre el trabajo de tu mamá sea eso, ¿puedes venir aquí cuando quieras?

— Sip, bueno solo si alguna cabaña está libre, ya que luego están llenas durante meses — Explicó

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