Capitulo 17

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— Tú y James hacen hermosa pareja — Mencionó Mikko
— ¡¿Qué!? — Se sonrojó — No somos pareja solo...somos amigos — Miro hacia a lado
— Ajá...está claro que también le gustas — Le dio un golpe con el codo
— ¡Mikko! Ya sabes lo qué pasó, quedamos como amigos y ya — Explicó
— Pero te dijo que no sabía, que estaba confundió, a lo mejor hay una posibilidad — Sonrió
— Prefiero no ilusionarme Mikko — Siguió caminando bastante serio

Mikko solo lo siguió, caminando detrás de él un poco arrepentida de haber hecho sentir mal a Andrew pero Mikko solo quiere lo mejor para él...aunque a veces no lo parezca

— ¡MIKKO! — Grito alterado
— ¿¡Qué!? — Salto del susto
— ¡Ya empezó la segunda clase! — Volvió a gritar — Ya valimos madres —

Los dos empezaron a correr para llegar al salón el cual estaba en el tercer piso y ellos estaban en el primer piso. Llegaron a las escaleras donde Andrew pisó mal y se resbaló provocando que rodará por toda la escalera.

Andrew estaba sangrando de las rodillas, apenas estaba procesando lo qué pasó pero en cuanto volteo hacia arriba vio a Mikko matándose de risa, como si hubiera visto lo más chistoso del mundo.

— ¡No es gracioso! — Se limpió sangre
— Si que lo es — Se limpiaba las lágrimas de la risa

Andrew se levantó vio que todas sus piernas estaban cubiertas de sangre

— Wow parece que me quitaron ambas piernas —
— Te ayudó a ir la enfermería — Seguía riendo

Mikko bajó las escaleras, rodeó su brazo alrededor de Andrew y caminaron a la enfermería.

— Mira el lado positivo, tenemos una excusa para perdernos la clase — Lo miró con una mirada traviesa
— Mmm...si es así mejor te hubieras caído tú — La miró con cierto odio
— Pero no fue así — Siguió caminando

Un pequeño silencio algo incómodo, Andrew estaba muy pensativo como para romper el silencio sin embargo Mikko noto que él se veía algo...serio...pero serio de algo esta pasando.

— Andrew, ¿todo bien? — Pregunto
— ¿Qué? — Ah sí, todo bien — Sonrió
— ¿Seguro? — Volvió a preguntar preocupada
— Si... — Miró hacia abajo — Bueno hay un pensamiento que no me deja en paz, es com- — Lo interrumpieron
— ¡POR DIOS ANDREW! ¿QUÉ PASÓ? — La directora apareció en el pasillo y preguntó preocupada que había pasado — ¿Por qué estás lleno de sangre? — Volvió a preguntar
— Ah, es que me caí de las escaleras — Rió algo avergonzado

La directora llevó a Andrew a la enfermería mientras que envió a Mikko a su clase. No pasó mucho tiempo, le limpiaron las heridas y le pusieron unas cuantas vendas en las piernas para detener el sangrado.

— Andrew hoy no harás deporte — Ordenó la enfermera
— Pero hoy tengo entrenamiento — Mencionó — No puedo faltar — Exclamó
— Lo siento, pero necesitas que esas piernas descansen en lo que cicatrizan — Explicó
— Además tampoco es como que había roto algún hueso —
— Andrew! — Dijo la enfermería molesta
— Okey, ya entendí — Dijo molesto

Después de unos diez minutos la enfermera lo dejó irse.

Sus dos piernas estaban vendadas, desde la rodilla hasta donde termina la pierna, lo cual lo hacía sentir algo mal, no iba a poder ir al entrenamiento de ese día y probablemente de toda esa semana porque conoce a la enfermera siempre exagera todo.

Su día no podía empeorar y tenía razón el timbre sonó entonces todos empezaron a salir de sus salones y salió la única persona que podía hacerlo sonreír en un día de mierda.

Para estar contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora