Capitulo 94

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Armando y Betty pasaron esos quince días en las playas del Carmen felices, paseaban por la ciudad, iban al mar, cenaban en restaurantes lujosos y por la noche se amaban con pasión y ternura hasta terminar laxos abrazados sintiendo el latir del corazón del otro.
Betty ya había entrado al quinto mes de embarazo y de a poquitico sus bebés empezaban a hacerse notar con sus movimientos, aunque eran leves, ella los notaba rápidamente.
Habían comprado obsequios para ambas familias y el regalo de matrimonio para los recientemente prometidos.
También compraron algunas cosas para sus bebés, pero ya era tiempo de regresar a Bogotá porque tenían muchas responsabilidades y no podían atrasarlas más.

Ésta era la última noche que estarían allí, así que decidió cerrar con broche de oro su luna de miel con su amada Betty.
Se vistieron elegantes ya que Armando la invitó a la opera primero, cosa que le fascinó.
Luego fueron a un museo que a ambos les gustó mucho y después a cenar a un restaurante muy lujoso, donde degustaron una excelente cena.
Tomados de la mano caminaron juntos por la playa, ambos se habían sacado sus calzados para tocar la arena con sus pies.
Armando:" Amor cómo lo pasaste?"
Betty:" Hoy o todos éstos días?"
Armando:" Ambos"
Betty:" Toda la luna de miel fue espectacular amor, pero en especial ésta noche. Gracias Armando por hacerme feliz todos los días y deseo hacerte muy feliz el resto de tu vida"
Armando:" Yo también deseo hacerte feliz toda tu vida mí amor, gracias por todo cielo. Por perdonar a éste pobre idiota que te hizo daño, gracias por hacerme tan feliz diariamente y gracias por darme el fruto de nuestro amor que me convertirá en padre. Sólo espero ser un buen padre, no como fue por mucho tiempo el mío. No voy a cometer los mismos errores que ellos con mis hijos "
Betty:" No amor, jamás los cometeras. Obviamente vamos a cometer errores porque no hay un libro de instrucciones para padres, pero si te puedo asegurar que ninguno de los dos haremos lo mismo que nuestros padres con los trillizos. Gracias mí amor por ver más allá del estereotipos "
Armando la coge de la cintura y con una sonrisa en sus labios, la besa tiernamente. La luna es testigo del amor de ellos, una luna que los invita a amarse allí mismo.
Se sientan en la arena, a pesar de la resistencia de ella y siguen besandose. Armando por medio de sus manos, logra que el cuerpo de Betty caiga lentamente en la arena. Una vez recostados allí y sin dejarla de besar, Armando con sus manos ágiles mientras la acaricia le va retirando la ropa.
Betty se resiste un poco, pero ese hombre suyo la puede. Tiene miedo que los descubran, pero a la vez la excita mucho.
Le enloquece que las manos de su amado la acaricien, siente un fuego en toda su piel.
Armando le sube la falda del vestido para luego pasar su mano por su intimidad, notando lo húmeda que ésta estaba.
Luego le bajó los breteles del vestido haciendo que sus pechos se liberen de su prisión para poder tocarlos, saborearlos, chuparlos y darles pequeñas mordidas que a ella le hacían gemir de pasión. Éstos gemidos y jadeos que le provocaban a Betty las acciones de Armando, a él le excitaban muchísimo más haciendo que su miembro no aguante por mucho más tiempo dentro de su boxer y queriendo salir.
Betty ya no aguanta mucho más, así que coloca sus manos en los pantalones de Armando y despacito los va desatando hasta quedar sólo en ropa interior.
Después una de sus manos se cuela dentro del boxer para acariciar su miembro, ésto hace enloquecer más de pasión a Armando que por ésta acción de ella, hizo que ya no pudiera soportarlo más y se retiró el mismo la única ropa que le quedaba.
Armando:" Mí amor ya no aguanto más, necesito entrar en ti"
Betty:" Yo tampoco aguanto más Armando, por favor amor, te quiero dentro mío"
Y corriendo un poco la braga, entra dentro de Betty de una gran embestida haciendo que ella gima muy fuerte.
Las embestidas iban aumentando de velocidad a medida que Armando se movía dentro de ella y ambos gemian de placer.
Betty enrolló sus piernas en la cintura de él para que tuviera mayor profundidad.
A los pocos minutos, Betty sintió como todo su cuerpo vibraba para terminar por tener un gran orgasmo y quedar exhausta abrazada a Armando que luego de unos minuticos de descanso, siguió más rápido con las embestidas. Salió de ella y la colocó de rodillas dándole la espalda a él, en posición de perrito, donde entró nuevamente en ella. Acelerando cada vez más las embestidas y escuchando el dulce sonido de sus cuerpos al chocarse.
Su pelvis golpeaba la hermosa cola de su esposa y el podía disfrutar de una bellísima vista de esa acción. Ésto hacía que Armando ya no pudiera soportarlo más y acabar en un gran orgasmo que lo llevo a terminar dentro de ella y quedar con sus piernas temblando.
Al cabo de unos minuticos, cuando ya se estaban recuperando del todo, se arreglaron y con risas de niños que habían hecho una travesura, se fueron al hotel donde hicieron otra vez el amor pero ésta vez más calmados y dulcemente.


Continuará

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