Capitulo 98

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Amanecía un nuevo día en la fría Bogotá, la mañana se hacía presente para todos los habitantes de la ciudad pero en especial para una pareja que estaban dormidos abrazados en un apartamento en la mejor zona.
Nunca se habían quedado a dormir juntos, pero él le insistió tanto que logró convencerla. Igualmente tampoco que tuviera que hacer un gran esfuerzo para eso, ya que sólo se lo propuso y cuando ella estaba un poco renuente le insistió para luego aceptar.
Los pequeños rayos de sol hacían su aparición en esa habitación donde un hombre y una mujer descansaban luego de una apasionada noche de pasión y amor.
Se despertó primero ella, notando que tenía el brazo de él rodeándola por la cintura.
Una sonrisa se desprendió de sus labios, como amaba a ese hombre y lo feliz que la hacía sentir. No podía creer todavía que él se hubiera fijado en ella, teniendo tantas modelos detrás de él y con su lujurioso historial de mujeres que pasaron por su cama.

Empieza a sacarle su brazo despacito para que él no se despertara ya que tenía que ir al baño, así que con cautela movió el brazo logrando que no se despertara aunque si se movió un poco, asustandola ya que pensaba que lo había despertado para luego notar que no.
En el baño se mira al espejo con una gran sonrisa, ella la insignificante secretaria había logrado conquistar el corazón del otro tigre de Bogotá y para colmo, el más renuente con el compromiso. Pero ella, Sandra Patiño, pudo entrar en ese corazoncito que ninguna logró.
Se mete a la ducha y recordando lo vivido en la noche anterior, se baña tranquilamente.
Por su parte, Mario se despierta y se asusta cuando no la ve a su lado, pero se tranquiliza al escuchar el sonido del agua correr. Eso significaba que ella se estaba bañando, entonces decide ir para que compartieran la ducha y poder amarse nuevamente.
Entra al baño y la ve detrás de las mamparas de la ducha, ella está de espalda y por eso no lo vió entrar.
Se mete sigilosamente y la toma de la cintura, haciendo que ella se sobresalte.
Sandra:" Mario! Me asustaste, pensé que estabas dormido"
Mario:" Discúlpame Sandra, si lo estaba pero me desperté y como no te vi pero oí el ruido de la ducha, me dije porque no acompañarte y bañarnos junticos, te provoca?"
Mario:" Si amor, gracias por ser tan dulce conmigo"
Sandra:" No, tú lo eres mí vida"
Mario la acerca a su cuerpo haciéndole notar a Sandra lo que ella le provocaba, ésto hizo que ella se sonrojara. Empezando así la danza del amor que tanto disfrutaban ambos, él la tenía contra la pared y sus pechos estaban apoyados en los azulejos. Mario le levantó una pierna para poder tener más acceso a su intimidad y de una vez con una gran embestida entró dentro de ella.
Empezando despacito con las embestidas para luego poco a poco ir aumentando la intensidad de las mismas, haciendo gemir a Sandra retumbando en todo el apartamento.
Luego la dió vuelta, la levantó y ella lo abrazó con sus piernas por la cintura para que después él la penetrara otra vez pero ya fuertemente porque no podía aguantar más.
No sabía como, ni porque pero esa mujer lo derretía cada vez más y se le era imposible aguantar ante sus encantos.
Una vez en la oficina tuvo una alucinación tan real que se manchó su boxer, es que él había estado dos días sin su amada ya que estaba en un corto viaje de negocios por unos insumos que no consiguieron en Bogotá.
No faltó mucho tiempo para que Sandra explotara en un fuerte orgasmo que la dejó temblando y sus piernas se le aflojaron.
Mario abrazó tiernamente a Sandra y cuando notó que ella se recuperó un poco de la agitación como también se bajó la intensidad de los latidos del corazón. Ahí arremetió nuevamente con embestidas muy duras, haciendo que ella tenga su segundo orgasmo y a los pocos minutos,lo tuviera él.
Cuando se recuperaron, terminaron de ducharse para luego cambiarse e ir a la cocina ya que todo ese ejercicio, sumado al nuevo día, les había dado mucha hambre.
Pero se encontraron con la heladera vacía, así que Mario se decidió a ir a desayunar a una cafetería que le gustaba mucho y tenían una riquísima torta de chocolate.

Fueron al lugar que quedaba dentro del shopping Unicentro, se sentaron e hicieron el pedido. Mario pidió un capuchino con una porción de pastel de chocolate y Sandra un café con leche con una porción de la de melocotón que se la recomendó el mozo.
Mientras desayunaban platicaban felices hasta que una mujer esbelta, pelo negro y grandes curvas, obviamente modelo, se les acercó.
Mujer:" Mario mí vida, que haces tan temprano por éstos lados?" Le da un beso
Mario (enojado por su descaro):" Desayunando Tatiana" ésta mira a Sandra de mala gana.
Tatiana:" Ay Mario no seas así, porque no vamos a algún lado más cómodo? No te preocupes por tú secretaria que le puedes pedir un carro"
Mario (ve que Sandra se pone mal):" Primero no me gusta que me digan lo que tengo que hacer, segundo no me voy a ir contigo a ningún lado y por último para que te quede bien claro, Sandra no sólo es mí secretaria sino que también es mí novia. Y no me gusta que le faltes el respeto ni delante ni mucho menos detrás mío, te quedó claro?"
Tatiana:" Tú novia? Me habían informado pero no sabía que era ésta y no me lo creí, no te llega a la altura "
Mario (ya muy enojado):" Todo lo contrario, yo no le llego porque soy poca cosa comparado a lo que ella es y me siento orgulloso que me haya elegido para estar con ella. En cambio contigo es diferente porque vos sos su sombra ya que Sandra brilla con luz propia "
Sandra se quedó asombrada por como le respondió a la modelo y la defendió cual príncipe azul a su doncella, no sabía cuanto más se podía enamorar de él hasta éste momento. Ahora al ver cómo la defendía de la modelo, terminó por comprender que no era una fantasía y que tampoco era un sueño, sino una bellísima realidad.
La modelo se fue enojada y maldiciendo su suerte, ellos se cogieron de la mano para luego separarse cuando les trajeron el pedido y siguieron conversando sobre diferentes temas que a ellos les gustaba.



Continuará

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