La Carta

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Era una mañana común y corriente en la escuela secundaria Pandora High. Eran las 7:30 y los alumnos se encontraban ingresando al establecimiento.

Entre esos alumnos se encontraba el más popular de la secundaria: Ao'nung

Este era un chico que practica natación como un hobby, no lo hace olímpica ni competitivamente. Solo por diversión.

El y su grupito eran el típico cliché de los malandros del curso. Solo sabían molestar a los más pequeños y enfrentarse a los más grandes. Algo que destacaban era no demostrar miedo o vergüenza, siempre iban al frente y, por eso, también iban castigados.

A lo único que Ao'nung le tenía miedo o más bien le conducía nervios era encontrarse con ese chico: Neteyam Sully

A decir verdad, el no era alguien muy importante en la secundaria. Sus calificaciones eran un promedio de nueve y diez, o como mínimo ocho. No era el más inteligente de su clase, pero tampoco le iba tan mal. Era algo popular entre las chicas, no era raro verlo con dos niñas siguiendo sus pasos. Recibía, por lo menos, dos cartas de amor por mes. Su grupo de amigos era extendido ya que como se lleva bien con todos, no tiene un grupo definido. Un día esta con alguien, otro día con otra persona y asi todos los días. Su mejor amiga era Tsireya, a pesar de estar un curso más abajo se llevan muy bien. Se suelen ver más por su hermano, Lo'ak, pero se juntan en los recreos para charlar, criticar, chismorrear... Cosas así. Se cuentan todo así que lo hay nada sobre Tsireya que Neteyam no sepa y viceversa.

Tsireya, de entre tantas cosas que sabe sobre el, sabe que a Neteyam le gusta su hermano, Ao'nung. Y ese día hablaban de ello:

-Para mi deberías declararte. -Dijo ella mientras se metía un pedazo de sanguche de jamón y queso a la boca.

-No lo sé... Solo compartimos una clase. No debe saber ni que existo. -Y era verdad, ellos dos solo compartían la clase de álgebra. Neteyam lo suele ver en las competiciones amistosas de natación, ya que son las únicas a las que Ao'nung asiste.

Aunque no lo parezca, Ao'nung le presta mucha más atención a Neteyam de lo que el cree.

-Y que sabes... Quizás eres su amor platónico secreto. -Dijo burlando a su amigo. A cambio recibió una palma en su frente que la tiró hacia atrás.

-Quisiera... -El timbre sonó. El recreo había acabado. -Bueno, debo irme a álgebra. No puedo llegar tarde una vez más o me suspenderá. Ese señor es muy estricto.

-Aja... Conque álgebra... -Dijo en un tono pícaro la chica.

-Que estupida que eres... -Tomo sus cosas y se levanto dejando a la chica riendo sola.

Mientras, en otra parte del patio.

-Te lo digo, Ao'nung, tu podrías conquistar hasta a los chicos.-Dijo su mejor amigo, Rotxo.

-No creo llegar a tanto...

-Te reto -Hablo otro, todos lo miraron con atencion-. Te reto a que le envíes una carta de amor al primer chico que veas. Hoy, en la siguiente clase que compartas con el. -Todos rieron y comenzaron a decirle que no tenía agallas para hacerlo hasta que sonó el timbre.

-Mira, el primer chico que pase por ahí. -Señalo un sector del patio. Sector en el que Neteyam y Tsireya hablaban. Justo cuando el chico se levantó y se dirigió a las escaleras para subir a su clase.

-¿Neteyam? -Susurro incrédulo. Ninguno de sus amigos sabían su secreto, y prefería mantenerlo asi.

-¿Lo conoces? -Pregunto Rotxo.

-Vamos a álgebra juntos... -Hablo con la mirada gacha.

-¿No es esa tu siguiente clase?

-¡Si! Deberías hacerlo ahora. Es decir, en tu clase de álgebra. -Todos lo motivaban y le decían que lo haga. Bajo tanta presión social, Ao'nung, no pudo evitar aceptar.

-Bien lo haré. Solo callense, me perforan la cabeza. -Sonidos alegres y de victoria se oían al rededor de el. -Bueno me voy, llegaré tarde. -Escapo de esa situación incómoda con una sola cosa en mente. La carta.

En álgebra Ao'nung esta dos asientos más atrás de Neteyam. En frente tenía a una chica y un chico. No sabía sus nombres ni le interesaba.

Arranco suavemente una hoja de su cuaderno y escribió.

Hey Neteyam

Veamonos en el parque Omatikaya hoy después de clases. Debo decirte algo importante.

~Ao'nung ♡

¿Le había puesto un corazón? Si, ¿porque no? Tomo discretamente su teléfono y le sacó una fotografía que envió al grupo que tenía con sus amigos para que vean que si lo hizo.

-Muy bien chicos, iré al baño. Terminen esos ejercicios y al primero que veo de pie lo voy a sancionar. -El señor Rodríguez era alguien muy estricto.

Ao'nung aprovechó para pararse rápidamente y caminar dos asientos adelante para dejar la carta bajo la mesa de Neteyam. Este se percato y al leerla su corazón se frenó, arrancó y frenó de nuevo.

᯾ ✩ Todo Comenzo Con Una Broma... ✩ ᯾ - AonuneteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora