CAPITULO 6. Acción

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Uchiha Sasuke habia optado por vestir en traje, suerte que siempre cargaba uno por mera formalidad, estaba terminando de acomodar detalles como mangas y cuello, mientras su "esposa" se arreglaba en el baño.

-¿Hinata estas lista?- decidió hablar al terminar de mirarse en el espejo, estaba buscando verse bien e cualquier forma, pero siempre encontraba detalles, se mataria mentalmente, sabía que esta haciéndolo por mirarse atractivo ante cierta chica.

En aquel baño una chica nerviosa caminaba de un lado a otro con esos tacones que su ex compañero le había comprado -N-no lo sé. Edque ni maquillaje tengo...- su autoestima había mejorado levemente, pero por un momento se encogió al pensar no ser lo suficientemente atractiva.

El Uchiha se acercó a la puerta fastidiado, la paciencia no era su virtud principalmente.

-Hyuga, tu rostro es perfecto, solo sal y vamonos- Lo dijo tan rápido que no pensó lo dicho, quedándose en blanco al reflexionar lo que había dicho -T-te...- Tosió para calmar su leve nerviosismo -Te espero en el lobby-

Se marchó por aquellos lujosos pasillos sin decir más, claramente huía, se maldecia por expresar al aire esa cursileria interna, cómo era posible que aun, después de años todavía esa mujer le sacara aquel lado que creía extinto.

- Sasuke Uchiha. . . -

Una voz captó su atención.

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La ojiluna más timida se animó a salir casi al instante de oír como el Uchiha se había marchado, su cara era tan roja como la alfombra, pues su corazón no paraba de latir, nadie que no fuera su hermana o primo le había dicho algo como eso.

Tomó la fuerza que pudo y se dispuso a salir, aquellas palabras la cautivaron, hoy fingiría ser la mejor esposa aunque sea para compensar el hacerlo esperar.

Abrió la puerta y una nota cayó al piso, la levantó:

"Señora Hinata Uchiha se le espera en el gran comedor, su esposo la espera
-Atentamente Recepción"

Confundida se dirigió a el lobby y se aseguraría de que su jefe no estuviera ahí, de paso preguntaría por el gran comedor.

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-¿Qué planeas Obito?- Un joven pelinegro encontraba sentado en el gran comedor donde se llevaría acabo la cena, estaba frustrado por la insistencia amenazante de su primo mayor.

El nombrado tomaba gustoso una copa de vino -Nada, solo quería pasar tiempo con un familiar ¿quién diría que tu ya eres casado?-

El Uchiha menor observaba como el pelinegro que tenía a su mano derecha le servía una copa de vino, él enarcó una ceja -Sí. . . es algo privado entre Hinata y yo, y tal vez tampoco sabes, pero yo no tomó -

El mayor sonrió ladinamente, apesar de recibir información confirmada por uno de sus trabajadores más confiables, tenía la sospecha que algo no cuadraba en aquella situación. -¿Por qué ocultarlo? ¿Acaso te incomoda tu relación?- preguntó directamente.

Sasuke rodó los ojos, era una mala idea estar ahí, Obito no sería fácil de engañar y crearía teorías estúpidas entre él y la Hyuga, lo que menos quería era dañarla. Se puso de pie y apunto de despedirse pero las puertas del salón se abrieron, obligandolos a mirar a aquella dirección.

-Disculpen la intromisión, aquí esta Hinata Hyuga- La mujer de ojos ámbar informó para después salir de la habitación cerrando las puertas.

El Uchiha quedó deslumbrado ante su acompañante, solo se había agarrado el cabello y puesto uno de esos vestidos que compró, sin embargo para él lucía tan hermosa como siempre.

La misma situación era la que pasaba Hinata, su nerviosismo no la motivaba entrar, pero cuando la joven Konan la encontró solo se dió valor, pero no contaba que el ver a Uchiha Sasuke le causará mayor timidez, tal vez era la profundidad de sus ojos.

-Qué gusto tener en mi hotel a la heredera Hyūga-

La voz de el anfitrión distrajo a los invitados -Que descortés no acomodarle la silla a tu esposa Sasuke- habló mientras el hombre recorría la silla donde Hinata tomaría asiento.

El mencionado solo miró el actuar de su primo y lo miró con frustración, detestaba que resaltaran sus errores, quedó como un idiota frente a ella.

La Hyuga notó esa tensión en el rostro de su "esposo" era momento de actuar y ayudarlo -Bueno mi e-esposo es tímido en eso. . . es un gusto señor Obito-

El mencionado alzó una ceja ante el comentario -¿Tímido yo? Lo dice la señorita que se sonroja al decir un "esposo" - ella solo respondió con una pequeña risa sonrojada y de pronto el ambiente parecía solo centrarse en ellos, tal vez fingir no sería tan difícil.

Esto no pasó desapercibido por aquel anfitrión, pero comprobaría si había mentira en todo esto, porque algo había aprendido era no confiar en las personas con su misma sangre.

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Continuará

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