16.5

425 96 1
                                    

"Imprimación II „

—Emily me contó sobre la imprimación. —Gulf suelta de la nada mientras Mew revisa una de las motos que en el pasado había arreglado junto a Kana.

—¿Qué? —el corazón de Mew había comenzado a latir demasiado rápido ante la mención del tema.

—Es como enamorarse a primera vista. ¿No? —Kanawut menciona a la ligera jugando con una llave que había tomado de la mesa. La última vez que estuvo allí había terminado con un rasguño en la mejilla y un corazón roto.

—Es más que eso. —inesperadamente Mew aparece frente a él para quitarle la llame en sus manos. —La imprimación con alguien es, cuando la ves, todo cambia en ti. —explica viendo la llave ahora en sus manos. Sabía de lo que hablaba, esa tarde lo había vivido con Gulf. —De repente ya no es la gravedad lo que te sujeta al planeta, es esa persona. —alzando la vista, atrapa la mirada que ahora lo mantenía sujeto a la tierra. —Nada más importa, harías y serías cualquier cosa por esa persona. —ahora lo entendía, lo sentía. —Es algo más fuerte que el amor a primera vista

—Parece que sabes lo que se siente. —el castaño se había quedado congelado viendo al hombre lobo frente a él, de repente se había sentido nervioso con su mirada, era tan intensa y seria mientras hablaba.

Sorprendido por lo dicho, Mew reacciona y se aleja de Gulf. No sabía qué decir ante eso, no podía revelarle de golpe que sí, que sabía lo que se sentía porque lo había sentido con él.

—¿No me vas a pedir que no pelee? —cambia bruscamente el tema regresando a la moto. —¿No te preocupa que yo no esté a salvo?

Confundido por un segundo, Gulf reacciona caminado en dirección al mueble del lugar para sentarse. —Claro que sí, pero es tu deber ¿No? —no entendía el cambio tan repentino de tema y el ambiente que se había formado, pero estaba totalmente a favor de ignorarlo. —Sé que dirías algo así.

—Igual no tengo otra opción. —Suppasit suspira alzando la vista para ver a Gulf. —Si dejé que Sam fuera el alfa, debo aceptar lo que él decida.

—¿Dejaste que Sam fuera el alfa? —el castaño se inclina hacia adelante en el mueble sorprendido por lo escuchado.

—No quería estar en una manada, mucho menos ser su líder. —el hombre lobo confiesa en un tono bromista que termina en una sonrisa.

—Jefe Suppasit, no suena mal. —el chico de rizos piensa en voz alta.

—Preferí... —dándose cuenta, Gulf nota lo cerca que están. Está recostado del sofá y Gulf está sentado allí casi inclinado sobre él, sin darse cuenta se habían estado acercando cada vez más al otro. Gulf lleva una sonrisa agradable que hace más suaves sus ojos, y su olor está dando vueltas por todo el lugar llenando del aroma naturalmente dulce que sólo puede ser suyo. —...no serlo.

—Entiendo... —Kanawut menciona para luego darse cuenta del cambio en el ambiente. Se sentía más lento, extrañamente íntimo sólo ellos dos allí. Gulf no dejaba de verlo, como hace unos minutos, y estaba comenzando a ser algo incómodo. Su corazón latía nervioso, no entendía qué estaba pasando. Ni siquiera sabía cómo habían terminado tan cerca. Era como si algo les hubiera empujado a como estaban ahora.

—Chicos. —entonces el padre de Mew aparece tocando la puerta, lo que extrañamente les asusta y les hace saltar hasta estar de pie uno al lado del otro. —¿Interrumpo algo? —Billy Suppasit pregunta notando el estado nervioso de ambos adolescentes.

—¡No! —ambos casi gritan, lo que causa que se vean y sonrían obviamente incómodos.

—Claro... —Billy no confiaba en ellos. —Ayúdenme con la cena. —pide girando en la silla de ruedas para regresar a la casa.

—¡Por supuesto, yo lo hago! —Kanawut se adelanta para ayudar a Billy empujando la silla de ruedas, refugiándose en una conversación con el hombre sobre lo que podrían cenar, para no pensar en lo que había pasado hace sólo unos segundos. ¿Por qué se habían quedado viéndose como tontos?

Suspirando, Mew pasa una mano detrás de su cuello en un intento de calmarse. Realmente había querido besar a Gulf, quien se veía tan confundido por el extraño ambiente que se había formado por su culpa. Ahora era inevitable querer más cercanía, querer cosas que antes no había ni pensado...

[...]

—Mañana es el día. —Gulf menciona sentándose en la cama de Mew.

—¿Estás preocupado? —el azabache entra a la habitación y cierra la puerta.

—Asustado.

—Calma, esos vampiros no podrán con nosotros. —sentándose al lado del castaño, le dedica una sonrisa llena de seguridad.

Suspirando, Kanawut apoya su cabeza en el hombro de Mew. Lo hace sin pensar, sólo puede enfocarse en la presión de su pecho por el miedo de perder a alguien más.

—No mueras. —dice.

—No lo haré. —contrario a los anteriores momentos entre ellos, el que estaban teniendo no se sentía para nada incómodo. Ninguno de los dos estaba tenso, y se sentía bien estar como estaban.

—Y no dejes que ninguno de los demás muera.

—Lo prometo.

—Ni los Cullen. —Gulf debe enfatizar.

Girando los ojos, Mew acepta sin querer discutir sobre los vampiros.

Kanawut se queda apoyado en Mew un rato más, sólo ambos en un silencio cómodo. Gulf miraba a la puerta intentando pensar positivo sobre lo que pasaría el día siguiente, mientras que Suppasit sólo podía ver de reojo el rostro del más joven.

—¿Dónde dormiré? —luego el humano le sorprende.

Es cuando caen en cuenta que la cama de Mew es demasiado pequeña para los dos y ambos están allí.

—Duerme aquí, iré a la sala. —el azabache hace amago de levantarse de la cama, pero el castaño es más rápido.

—No. —se levanta y apoya las manos sobre los hombros de Mew para evitar que se levante. —Yo dormiré en la sala. —decide mirando fijamente a los ojos del chico. —Debes descansar para mañana. Necesitas toda tu energía, no podrás dormir bien en el mueble.

—Pero-

—No. —Gulf se acerca demasiado al rostro del hombre lobo, lo que le congela de inmediato. —Dormiré bien, no te preocupes.

Esperando algo que sabía sería imposible, Suppasit sólo recibe una pequeña sonrisa y un "buenas noches" acompañado de un apretón en sus hombros.

—Hasta mañana. —Gulf se despide saliendo de la habitación.

Completamente decepciona, Mew se deja caer en su cama. La imprimación era una tortura.

"¡Cuidado! Lobos sueltos" |Mew Suppasit| FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora