Mañana de Domingo

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Miles entró en la habitación de Ana...
Se podía decir que era totalmente diferente a la suya, la ventana se encontraba abierta de par en par dejando entrar la luz de la mañana que rebotaba por toda la cálida y acogedora habitación. Fotos impresas que parecían provenir de esas viejas cámaras Polaroid se encontraban expandidas por las paredes, libros y otros cacharros reposaban sobre unos estantes y una cosa que llamó especialmente su atención... había un tocadiscos negro con retoques dorados en la mesilla de noche, esos objetos estaban totalmente obsoletos y se trataban de todo un objeto de coleccionista, también había algunos discos de vinilo junto a éste. Miles jamás hubiera pensado que Ana pudiera tener gustos tan vintage, pero para nada le disgustaban, al contrario, solo le causaba más curiosidad por conocer a la chica.
Ana cerró la puerta a sus espaldas mientras él observaba con curiosidad cada rincón de la habitación.

-"bueno, estaba terminando de limpiar un poco el polvo, pero siéntate si quieres." Dijo la chica en su habitual tono simpático señalando al sillón situado en la esquina.

-"bonita habitación." Dijo Miles observando como la chica levantaba cuidadosamente el tocadiscos para limpiarle el polvo. Después él se acercó a las Polaroids de las paredes y las observó con los brazos cruzados.

-"de eso se trata, gracias." respondió Ana mirando hacia atrás hacia él con una sonrisa.

-"veo que tuviste buenos momentos en La Tierra."

-"sí, realmente buenos." Dijo Ana en tono nostálgico. Quaritch percibió el cambio de tono en la chica así que decidió cambiar de tema.

-"bueno, tendrás que explicarme en qué consisten las tradiciones esas de donde vienes. Esta música es realmente buena." Dijo Miles dándose la vuelta para mirar a Ana.

-"es bonita, ¿verdad?. ¿Prefiere sillón o silla?" Dijo Ana sonriendo mientras guardaba el trapo que tenía entre las manos e invitaba al coronel a que tomara asiento.

-"silla." Respondió Miles agarrando una silla que había en la otra esquina de la habitación y sentándose por la parte trasera con los brazos apoyados en el respaldo.

-"¿quiere un café?" Añadió Ana acercándose a uno de los estantes donde se encontraba la pequeña cafetera roja.

-"veo que sabes cómo tratar a tus invitados." Respondió Quaritch mientras observaba con mirada serena y divertida cada paso de Ana.

-"jejeje, ¿Tipo?" Dijo Ana volviéndose a voltear para mirar al hombre que se encontraba sentado en la silla.

-"capuccino, bien cargado"dijo Miles volviendo a poner esa expresión tan propia suya.

-"tiene buenos gustos, coronel. Que sean dos en ese caso." Dijo la niña sonriendo mientras colocaba los vasos y pulsaba algunos botones.

-"¿esperabas menos?" Dijo Quaritch sonriendo con suspicacia mientras cogía el vaso de café que la chica le tendía. Entonces sus dedos se volvieron a rozar levemente en ese momento... ambos levantaron por un segundo la mirada del vaso para mirar al otro sin esperar que sus miradas se volverían a encontrar, por lo que rápidamente volvieron a romper el contrato visual incómodamente y a la vez algo divertidos. Ésto pasó en cuestión de segundos y mientras Ana se volvía hacia el sillón, en frente del coronel, ambos se encontraban sonriendo muy disimuladamente, mirando hacia lados contrario para evitar que el otro los viera, haciendo de la situación un encuentro realmente coqueto.
Ana simplemente bebió un pequeño sorbo de café mientras juntaba las piernas y acariciaba su larga coleta una vez más.
Era notable esa especie de "tensión" que había entre ellos, pero lo cierto es que ninguno de ambos se sentía incómodo. Se podría decir que la situación tenía cierta "gracia".

Meeting The DevilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora