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Capítulo 4

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Capítulo 4.- "Progreso".

Era como un sueño. Al despertar, ahora veía el techo de su hogar, sentía la almohada y el peso de su obeso cuerpo; incómodo, muy asqueroso en comparación con su cuerpo misterioso. Pero a decir verdad, con este sí que podía razonar correctamente. Hasta todo el sueño que tuvo hace un momento había desaparecido. Estaba totalmente renovado de energías y claridad.

Debido a que su cuerpo misterioso cayó dormido, había vuelto a su cuerpo original como de costumbre; no obstante, como si fuera algo nuevo para él, cuando en realidad no; por su mente pasaron todos sus recuerdos, reviviendo con lucidez cada cosa que sucedió en ese desagradable lugar. Como si se hubiera hecho una grabación, fotograma a fotograma, no perdiendo ningún detalle ni palabra. Pudo apreciar todas las escenas vergonzosas que hizo en tan poco tiempo.

Esas energías renovadas si que le sirvieron para pelear bajo sus sábanas, ante tal recordatorio involuntario estaba tan frustrado. Su "pequeña" pataleta, llena de vergüenza máxima de el mismo. Simplemente se preguntaba por qué seguía vivo después de lo que hizo.

¿PERO QUÉ MIERDA?

Desde antes lo juraba, pero ahora mismo estaba como un cura al afirmar que jamás se casaría. ¡No tomará nunca de nuevo! No puede resistir los efectos del licor, ni por tan bajo que fuese el sake, para un muchacho bien como él, era como el peor de los venenos posibles, pues le hacía actuar de maneras impensables cuando estaba ebrio.

Estaba loco, demente, descerebrado, y todos los sinónimos posibles para poder describir lo desquiciado que actuó en su otro cuerpo. Era un idiota. No, era un MUY ESTÚPIDO. TONTO VIRGEN, BORRACHO INÚTIL. Aprovecharse de un ebrio era un delito grave, gravísimo, y si eso no era malo, lo horripilante era que el ebrio era el mismísimo Zack Lee; quien no le quería ver ni en pintura en la escuela, y además, que desde un principio no lo quiso allí en la salida con su grupo. Y aunque tenía que lidiar al ser compañeros de banca, pegando codo a codo, no era necesario relacionarse más fuera del salón.

Especialmente cuando Daniel sabía que los golpes de Zack traumatizan un poco, tanto como su presencia amenazante y confianza de brabucón líder. Eso antes, claro, ahora que sabe cómo es cuando esta ebrio y encima, como sabe, siente que ha sido suficiente Zack Lee en su vida.

Ahora no podía pensar en volver a la escuela normalmente.

¿Y si el perro con rabia se acordaba lo que sucedió? ¡Todo lo que él le hizo especialmente! Seguro que provocaba sus más profundos instintos homicidas y buscaba el llegar a matarlo como tanto juraba algunas veces. Lo veía capaz, hasta veía la noticia futura.

No obstante, quiso pensar en positivo. Seguro que si hablaban podrían olvidarlo y superarlo sin mayores inconvenientes, pues solo había sido una metida de pata en la reunión; había alcohol y hasta pudo haberlo obligado al usar su autoridad como Alfa. Pudo haber sido con cualquiera el incidente, solo que está vez fueron ellos dos.

𝘌𝘭 𝘤𝘶𝘦𝘳𝘱𝘰 𝘱𝘦𝘳𝘧𝘦𝘤𝘵𝘰 ┊☁︎ 𝐋𝐎𝐎𝐊𝐈𝐒𝐌.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora