Mayor

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Lunes…

Otis venía del instituto con su amigo, estaban riéndose de lo que había pasado ese día, pues en la hora de matemáticas alguien había puesto un chicle en el asiento del profesor y él sabía que había sido su amigo.

— Dime si no fue gracioso – decía un chico rubio riéndose y dándole un pequeño empujón a su amigo.

— Estás loco Chester – contestó Otis riendo.— No puedo creer que nadie te haya visto

— Todos estaban ocupados, fue muy fácil, se lo merece por ser tan aguafiestas… ¿Qué vamos a hacer en tu casa? Ahora que lo pienso es la primera vez que me llevás

— No puedes quejarte aún no me llevas a la tuya – dijo el pequeño japonés.— Jugaremos videojuegos para distraernos un rato, luego haremos la tarea y después te acompañaré con mi padre a tu casa

— ¡Genial videojuegos!... Tu papá está en casa?

— No, todavía no llega – dijo mirando la hora en su teléfono.— Pronto llegará igual no nos dirá nada por jugar, el es muy bueno te caerá bien es más, tal vez hasta quieras venir más seguido

Ambos chicos se pusieron a reír y cuando llegaron a la casa Otis sacó su llave y abrió la puerta, ambos antes de ir al cuarto fueron por un poco de comida y una vez que comieron subieron corriendo las escaleras. Dejando las mochilas en el suelo, Chester se sentó mientras Otis ponía un videojuego de armas tomaron los mandos y se pusieron a jugar, quien sabe cuánto paso estaban muy entretenidos pasando las misiones pusieron pausa cuando escucharon ruidos abajo.

— Otis! ¿Estás en casa?! – era su padre.

— ¡Estoy arriba papá! – gritó haciendo que Chester se tapará los oídos.

— ¡Auch!

— Lo siento – ambos se rieron y Otis volteó cuando escuchó pisadas cerca de su cuarto.— ¡Hola papá! Chester, el es mi padre Michael Shinoda

Chester volteó a ver al hombre que estaba parado en el marco de la puerta, se quedó con la boca abierta, ese hombre era tan… cómo decirlo… HERMOSAMENTE SEXY, o al menos a los ojos de Chester se veía así creyó estar babeando en ese momento. Mike no se quedó atrás, miró al amigo de su hijo y se quedó impresionado, era MUY bello, con ese cabello rubio algo despeinado, el piercing que traía en esos bellos labios, sus tatuajes llamativos... Un momento, en qué estaba pensando?!

— Papá… papá… PAPÁ!!! – el grito de Otis despertó a ambos.

— Si!!... Que paso? – decía Mike despertando de su trance.

— Te decía él es mi amigo Chester Bennington del instituto – dijo presentando al rubio quien le dió una linda sonrisa que hipnotizó a Mike.

— Es un placer conocerlo – dijo el rubio sin borrar su sonrisa. Mike quería hablar pero no podía, ¿qué le pasaba?... Tomó aire y respondió.

— Igualmente Chester, bueno debo hacer algo abajo, ¿quieren algo?

— Ya comimos, jugaremos un rato más y luego haremos la tarea de matemáticas

— Muy bien… amm… estaré abajo – Mike se fue totalmente confundido abajo dejando a los chicos en el cuarto.

— Creo que tuvo mucho trabajo, nunca se portó así con mis antiguos amigos de la escuela – dijo el pequeño japonés confundido mientras que su amigo se quedó mirando dónde estaba parado el mayor antes.

— Tu papá es lindo – dijo Chester sin pensarlo.

— Que cosas dices – dijo Otis riendo, le dió un pequeño empujón a su amigo y sacó la pausa del videojuego. Debió haber notado eso.

Luego de unas misiones ambos se cansaron y decidieron hacer la tarea, Otis la hacía sin problemas mientras que Chester se debatía entre los dos últimos problemas, primero que no los entendía bien y segundo porque había algo más en su cabeza. Otis miró que su amigo tenía problemas así que lo ayudó, cuando terminaron la tarea ambos chicos se quedaron en el cuarto sin saber que hacer y aún faltaba para que el tatuado volviera a su casa.

— Que podemos hacer ahora… no se me ocurre nada, a menos que quieras volver a hacer misiones – dijo Otis más no recibió respuesta, miró a su amigo que miraba el techo pensativo.— En qué estás pensando?

— En tu papá – susurró, abrió grande los ojos cuando escuchó sus palabras.

— ¿En que?

— En… papas fritas – dijo rápidamente.— Tengo hambre

— Ja, siempre tenés hambre – Otis se levantó y agarró algo de dinero de su cajón.— Iré a comprar algunas, me acompañas o te quedas?

— Me quedaré haciendo nada – sonrió inocente, pero en su mente algo pasaba.

— Está bien, si pasa algo mi papá está abajo volveré pronto – el pequeño japonés salió del cuarto y bajó las escaleras, escuchó que le habló a su padre y luego escucho la puerta principal abrirse y cerrarse, Otis ya no estaba.

Chester se quedó pensando, lo hago o no lo hago? Estaba nervioso pues apenas cruzó palabras con Mike, Chester notó algo nervioso al mayor por lo que pensó que tal vez había sentido algo, sacudió su cabeza y decidió bajar. Bajo las escaleras despacio sin saber en realidad qué haría, fue a la cocina en busca de agua y ahí lo vio estaba preparando algo, Chester se acercó a la heladera y sacó una botella de agua, Mike no se había dado cuenta hasta que el rubio cerró la puerta, se volteo algo asustado pues lo tomó por sorpresa y Chester le sonrió tierno.

— Hola Michael…