Capítulo 3.

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Sin bajar del caballo, Nayeon observó como una chica peliazul y alta se acercaba corriendo a Jeongyeon entre gritos y empujones sin importarle lo que dijeran los demás

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Sin bajar del caballo, Nayeon observó como una chica peliazul y alta se acercaba corriendo a Jeongyeon entre gritos y empujones sin importarle lo que dijeran los demás.

《Desconsiderada o alegre, ¿qué adjetivo le quedaría mejor?》se preguntaba mentalmente la castaña.

―¡Jeong! ―vociferó cuando finalmente logró llegar junto a la pelinegra, quien no parecía del todo alegre por su llegada. Realmente su rostro no expresaba ninguna emoción.

Nayeon se preguntaba si esa era su expresión normal, si por usarla tantas veces ya se había quedado así, o si realmente no le agradaba la escandalosa peliazul.

―Pregunté por ti a casi todos aquí y nadie sabía sobre tu paradero. ¿Te escapabas o algo así?

―¿Yo?, ¿Escapar?, ¿Acaso no me conoces?

―¡Pues es lo primero que pensé cuando no obtuve respuesta! ―gruñó, dándole palmadas a la pelinegra en la espalda. Nayeon pensaba que se le saldría un pulmón por lo fuertes que eran los golpes. No obstante, a Jeongyeon no parecía dolerle―. ¿No pudiste al menos dejar tu dirección con alguien?

―No.

―Eres una perra desconsiderada.

La castaña jadeó en asombro ante tal falta de modales, y justo entonces la peliazul se dio cuenta de su presencia, volteando al mismo tiempo que la pelinegra.

―¿Cazaste en un castillo? ―le preguntó, observando el atuendo de Nayeon ―y a ella― sin vergüenza alguna.

Nayeon se sentía desprotegida y avergonzada de alguna forma, por lo que llevó ambas manos a su cuerpo, en un intento vano por protegerse de la mirada de la desconocida. No era su culpa que el plan se hubiese tenido que adelantar justo el día en el que practicaba su boda con los mayordomos y criadas; se había presentado una oportunidad de escapar cuando la dejaron sola en la sala de eventos y no pudo desaprovecharla. Apenas le había alcanzado para meter algunas cosas en su mochila, por lo que su vestimenta consistía en el costoso e incómodo vestido de bodas y sus accesorios, incluyendo los altos tacones ―claro que esos los había dejado atrás hace algunos días porque no le permitían correr bien―. Ella tampoco estaba feliz de llevar eso puesto.

―Algo así. Debo llevar a la princesita de regreso a su castillo.

―¿Así que ahora eres un caballero o algo por el estilo?

―Solo esta vez.

―¿Tan buena es la paga?

―Mucho.

Verdaderamente ofendida, Nayeon carraspeó, llamando la atención de las dos mujeres frente a ella. La peliazul le sonrió y se acercó unos pasos más.

―Hey, lindura. Sé que Jeongyeon puede ser muy mamona y fría, ¿no es agotador ir con ella? ―Nayeon quería asentir, porque estaba totalmente de acuerdo, pero le pareció poco conveniente al observar a la pelinegra fruncir el ceño―. Si gustas, yo puedo llevarte en su lugar.

𝐁𝐞𝐥𝐢𝐞𝐯𝐞 𝐈𝐧 𝐃𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐲〃Ձ𝐘𝐞𝐨𝐧 𝐆!𝐏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora