Lavanda

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La lavanda, en el lenguaje de las flores, implica desconfianza.


Envidia la lavanda a la rosa,

por sus fieras y afiladas espinas,

salvaje la rosa en el campo,

plaga a su enemigo de heridas.


Mientras tanto la frágil lavanda,

con temor bailotea con el viento,

temiendo que aparezca su némesis

y la arranque de su hogar al momento.


Teme la lavanda, en su propia indefensión,

perder su hogar, sus pétalos, su raíz,

por ser arrancada en segundos,

 por verse obligada a partir.


No existe, sin embargo, enemigo

que busque desprender a la lavanda

de su hogar, de su espacio, de su estambre,

es pues ese rival, su desconfianza.


Así la pobre lavanda

aislada se halla en el campo,

mirando con envidia a la rosa,

ante un peligro inventado.


De esa forma nuestra flor,

a pesar de encontrarse en su hogar,

jamás estará en su espacio,

pues ese temor le impide,

hallar de paz su remanso. 

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⏰ Última actualización: Apr 07, 2023 ⏰

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