La lavanda, en el lenguaje de las flores, implica desconfianza.
Envidia la lavanda a la rosa,
por sus fieras y afiladas espinas,
salvaje la rosa en el campo,
plaga a su enemigo de heridas.
Mientras tanto la frágil lavanda,
con temor bailotea con el viento,
temiendo que aparezca su némesis
y la arranque de su hogar al momento.
Teme la lavanda, en su propia indefensión,
perder su hogar, sus pétalos, su raíz,
por ser arrancada en segundos,
por verse obligada a partir.
No existe, sin embargo, enemigo
que busque desprender a la lavanda
de su hogar, de su espacio, de su estambre,
es pues ese rival, su desconfianza.
Así la pobre lavanda
aislada se halla en el campo,
mirando con envidia a la rosa,
ante un peligro inventado.
De esa forma nuestra flor,
a pesar de encontrarse en su hogar,
jamás estará en su espacio,
pues ese temor le impide,
hallar de paz su remanso.
ESTÁS LEYENDO
Pétalos de cielo y ceniza
Thơ caEn este poemario, convierto las flores en verso. Basándome en ese lenguaje tan particular que se ha creado sobre ellas, muestro a la luz poemas, poemas que pueden ser historias o simples emociones. Este poemario es el verso del lenguaje de las flor...