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Las flores eran lo mas hermoso que te podrías encontrar en un jardín. Ignora los árboles y los insectos alrededor. Las flores siempre van a captar tu atención aunque no te gusten. La rosa que llevaba en mi mano daba a entender todo. Esta rosa es para ti Jimin, con mi amor y la dedicación que pasé para plantarla aquí, te la entrego. Espero que te guste.

—¿Una rosa?— cuestionaste cuando te la mostré. ¿Por qué haces esa pregunta? Es obvio que es una rosa y es obvio que es para ti.

—Sí, es para ti.— te sonreí. Sé que te gusta ver mi sonrisa. Lo sé como no tienes idea, pero también sé que no siempre serás el mismo y por eso cuando tu mirada conectó con la mía entendí todo.

—Eres tan cursi y tan idiota que me da gracia.— dijiste, o bueno, dijo.

—Jimmy, ¿por qué no te gusta?— le cuestioné. Era un proceso el poder conquistarte, amor mío, tenía que pasar por todo esto y eso solo me molestaba. Yo solo quería tenerte a ti.

Solo para mí.

Exacto, solo para mí.

—Trabaja más en eso. Una rosa no va a conquistarme y tú muy bien lo sabes.— aún así, con esa respuesta, no me negué a que tomaras la rosa. Insistí hasta que suspiraste de manera fuerte y la tomaste. —Las negras son más bonitas, al igual que las blancas y las rosadas, pero está bien. Te lo dejo pasar.— me entregó una suave sonrisa y me deje llevar por lo hermoso que eran sus ojos, aunque no fueran los que me enamoraron.

A lo lejos venia Hoseok con su típica bata. Creo que ya llegó la hora de despedirnos. No quiero hacerlo, pero por el momento toca.

—Es hora Jimin.— no contestaste, pero volteaste a verlo. De pronto se dio cuenta. Todos nos damos cuenta rápido, Jimin, de alguna manera es fácil notarlo. —Perdón, Jimmy.— se corrigió. Hoseok, eres agradable h me caes bien, pero no me gusta que estés cerca de Jimin tanto tiempo.

—Nos vemos, Kookie.— sonreíste y eso me pareció bonito. Aunque no fueras tú en realidad, me gustó que él me llamara así, pues de alguna manera me estoy ganando su confianza.

Te levantaste de la tierra y solo pude verte alejarte de mí. Me duele cada vez que te vas de mi lado y eso solo hace que todo empeore. De alguna manera tengo una gran dependencia hacia ti. No me molesta tenerla, me molesta lo que pasa cuando no te tengo.

¿Qué pasa cuando Hoseok se lo lleva?

Sabes que siempre cambia de persona contigo, ¿nunca te has preguntado porqué?

Sí, pero Jimin no sería capaz.— respondí en un susurro. Casi sin mover mis labios. Ya había pasado antes y aprendí cómo hacerlo de manera que nadie se diera cuenta.

Él no, pero ¿y los otros?

Maldición, ¡ya cállate!— exclame, perdiendo los estribos. Jimin, sé que no te gusta verme así y agradezco en serio que estés lejos para no verme estallar por culpa de los demás.

—¿Se encuentra bien?— un enfermero se acercó a mí, pero yo solo pude asentir y levantarme del suelo.

Se me olvidó tomarme ella medicina, por eso las voces empeoran hasta tal punto de hacerme estallar.

Me fui caminando dentro del manicomio solo para mirar a los demás en completo silencio haciendo sus cosas. Vi a Taehyung a lo lejos, pero no quise acercarme, pues no me gusta hablar con él. Lidiar con tus cambios es suficiente, Jimin, imagínate lidiar con los de él. Por lo menos los tuyos son callados y no explotas, pero él...él se enoja fácil.

—Ya te toca tu medicina, Jungkook. ¿Piensas evadirla otra vez?— quise responderle con un si y un no a la vez. Esto me mata, pero a la vez me relaja. Hay veces en las cuales no tengo que hablar con nadie y me centro en hablar conmigo mismo, no es malo, hasta que llegan las dudas y todo se torna oscuro.

Nuestro Jardín (Kookmin/Vhope) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora