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Mi cabeza daba vueltas. Todo a mi alrededor giraba. Las malditas medicinas hicieron su efecto y solo puedo sentir mi nariz gotear mientras me arrastro por el piso buscando una salida de este infierno.

—Dios...que horrible sensación.— musité pegándome del cristal que me separaba de Taehyung. No lo soportaba, pero eso no significaba que no preocupara por lo mal que pudiera estará ahora después de que nos inyectaran medicinas sin algún tipo de remordimiento.

Levántate del suelo.

Eso intento— respondí.

¿Cuánto tiempo llevas aquí? ¿No te has preguntado que pasó con Jimin? ¿Y si también lo drogaron como a ti?

Maldición, cállate. No estoy de humor para-

Un golpe de pudo escuchar al otro lado de la habitación. Supe que era Taehyung, pues sus gruñidos y golpes aumentaban demasiado.

Esta loco. Al igual que tú. ¿Por qué sigues viéndolo? Creo saber que es nada más por Jimin. ¿Verdad?

¡Que te calles joder!— no te aguanto. Por favor, has silencio. No te quiero escuchar. Por un momento prefiero escuchar los golpes que le lanza Taehyung a las paredes que tu voz.

No puedo. Estoy diciendo la verdad.

¿Cómo te sientes? Mareado, ¿verdad?

Me puse boca arriba. Los colores del techo empiezan a dar vueltas y a mezclarse entre sí. Parece algo tan lindo y tan hipnotizante que en serio creo que es real. Pero sé que es producto de mi imaginación.

Esto es como la vez que consumías drogas. ¿Te acuerdas?

Esos tiempos no. Esos tiempos no. Por favor.

—¡Cállate, cállate, cállate!— me tape los oídos como buscando una manera de no escucharlo, pero simplemente no podía. Me pegué al cristal lo más que pude y en serio me sentí aliviado al sentir los golpes de Taehyung retumbar en el vidrio.

—¡Agh!— gruñó. —¡Ya basta, por favor!— ¿también escucha esa voz como yo.

Él no está a ese nivel de locura y tú lo sabes.

No te quiero escuchar a ti.— mire a la pared de enfrente, pero solo se encontraban los molestos colores dando vueltas y vueltas.

¿Fue LSD que me dieron o que cosa?

—¡MALDICIÓN!

••••

La puerta fue abierta dejando pasar a un hombre con una bata blanca y un símbolo de psicología en esta. No era ningún psicólogo o algo así, pero era la única bata que tenía.

—¿Cómo van?— preguntó al estar cerca de su equipo de trabajo. Los doctores junto a él se acercaron y le indicaron que mirara atentamente.

—El paciente Jeon está alucinando como tanto esperamos y el paciente Kim perdió los estribos hace ya segundos. Jeon tardó más en despertar por la cantidad de drogas que le hicimos ingerir, pero esta reaccionando como queremos.— el doctor Choi sonríe y asiente ante la información dada. Mira las paredes pintadas de tonos chirriantes y despampanantes.

—¿Las paredes le están ayudando?

—Así es. Al parecer está teniendo los típicos efectos de un después de consumir droga. Tenemos pensado que se desmaye después de...5 minutos.— dijo esto último al revisar el reloj de la pared. Este indicaba las tres de la tarde. Ambos pacientes fueron ingresados en esa habitación a las 10 de la mañana. Llevaban varias horas encerrados allí.

Nuestro Jardín (Kookmin/Vhope) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora