Capítulo XIX

69 11 38
                                    

"El olivo de la paz"

Mis ojos ya no están hinchados porque al fin logré dormir toda la noche, pero hoy no tengo ganas de combinar nada, así que opté por el clásico negro, desde mi suéter cuello de tortuga hasta mi falda corta, ya que afuera aún hace frío, debo complementar con unas medias y botas negras para no desentonar con mi estado de ánimo, le doy un poco de color rojo a mis labios y estoy lista para seguir con las renovaciones del Olivo. El año pasado Erys enfermó y para cuando mejoró yo tenía que regresar a mi trabajo en la biblioteca, pero por fin estamos con los toques finales, por suerte no me he topado con Zaél, ya que según Malena salió a un viaje rápido de negocios con su asistente y su abogado, han sido los mismos días que he estado renovando con Erys "El Olivo". Cuando tomo mi teléfono veo que nuevamente hay varios mensajes y llamadas de un número desconocido, por lo que, vuelvo a borrarlos instantáneamente sin leerlos "qué irritante, seguro es de algún banco para ofrecerme algún servicio", luego lo guaro en el bolso para irme y mi madre me detiene cuando pregunta —¿Aún no ha regresado tu novio? 

"Maldita mentira" no he tenido tiempo de aclararle que no somos novios porque se tiró a otra de sus habituales conquistas y la verdad no quiero hablar de ello.

—No, lo sé, mamá es un hombre ocupado y como verás yo también soy una mujer ocupada —le digo y abro la puerta para huir, pero ella me sigue.

"Está mentira tarde o temprano, será usada en mi contra"

—Hija, debes estar pendiente de tu novio, si no creerá que no le importas y hazme el favor de decirle que venga a cenar cuando regrese.

—Ok, mamá —le doy un beso y por fin logró evadirla.

Cuando llegó al restaurante, Harry inspecciona las lámparas colgantes que colocamos ayer y, como es su costumbre, ya retumban uno de sus clásicos "You keep me hangin on de Kim Wilde". Los pisos laminados se ven relucientes, el olor a pintura fresca es fuerte, los ventanales de vidrios con el logo del restaurante en un círculo de trigo, se ve magnífico y cada día, Harry está más entusiasmado, por ahora, ya solo nos queda pegar algunas piezas de azulejos para la zona del bar y escoger el tono de la pintura que mejor se adapte a la última pared para el dibujo que hará Erys.

"Es buenísimo en eso"

—Te sientes como Pigmalión, ¿no es así, Clara?

—De alguna manera, si porque está quedando mejor de lo que me esperaba.

—Pues, yo no lo dude ni un segundo, por eso, decide esperar a que ustedes pudieran ayudarme —me afirma Harry.

—Y para nosotros es un placer que tú seas nuestro primer cliente complacido —dice Erys coqueteando, pero el buen Harry solo asiente, entre cerrando sus labios amablemente.

—Mmm...guapo a la vista —se muerde el dedo Erys.

—Compórtate por Dios, Erys y mejor ayúdame con estos azulejos.

—Como ordene, jefa —me sonríe.

—¿Cómo has estado, Clara? —me abraza Rafael.

—Pues, liada con la renovación, pero terminamos mañana y la próxima semana como te dije en la cena de Año Nuevo, regreso a clases y a mi trabajo.

—El último año de la carrera es una migraña constante pero la recompensa vale la pena.

—Lo sé, estoy muy emocionada por comenzar.

Maite Zaitut...En esta vida            [Saga Maite Zaitut Libro I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora