Capítulo XXIX

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"Verdades incómodas"

Clara

"Por duro que parezca, a veces es necesaria una dosis alta de realidad para despertar a un corazón enajenado"

Mis ojos se abren y mi cabeza duele a horrores, frente a mí un somnoliento Rafael, yace en el sofá de mi cuarto — ¿Dormiste aquí? —le digo confundida y algo pérdida entre mis recuerdos de anoche.

—Si, después que Bruno te reviso, Erys y yo te trajimos del hospital.

—Espera y ¿Qué me paso?

—No lo recuerdas...

—Sí, yo hubiese hecho lo que tú, tampoco quisiera recordarlo, Clara, aunque estuve en una situación similar, la diferencia es que yo no era su mejor amigo —se acerca Erys con una charola con dos tazas de café, pan tostado y unas pastillas —, tómatelas orden de Bruno.

— ¿A qué te refieres? ¿Qué fue lo que paso?

—...te desmayaste Clara, te llevamos con Bruno y las pruebas de sangre indicaron droga en tu sistema, sabes que puedes confiar en nosotros, sé que no la has pasado muy bien en este tiempo, pero me tienes a mí, siempre va a ser así, podemos buscar ayuda.

—No sé de qué diablos estás hablando, Rafael, yo no consumí nada de eso, díselo Erys, solo bebimos alcohol, jamás me haría ese daño sin importar la situación que este pasando.

—Yo creo que te drogaron con el trago solo así entendiera tu comportamiento de anoche.

— ¿Y qué hice? —le digo mientras prueba mi café.

—En serio, no recuerdas nada...

—Estoy en blanco después que te fuiste al baño.

—Entonces sí, la drogaron con el trago —afirma Rafael.

—Pues agárrate Clara, bajo efectos del trago confundiste a Lucas con Zaél y lo besaste frente a todos, incluida Ericka y como comprenderás no se lo tomo muy bien —toma un sorbo de café.

—No, no puede ser...

—¿Y qué paso después que me desmaye?

—Ericka como era de esperarse hizo su berrinche con Lucas y se pelearon y te grito muchas cosas feas, tú la conoces como es cuando se enoja, aunque sabes tu deberías estar más enojada con ella por ser la madrina de boda y por ser amiga de Danaé.

—Esto es un desastre —hago varios intentos de llamada a su teléfono, pero esta corta mis llamadas al instante —tengo que hablar con ella, si le envió mensajes tampoco va a contestarme —les digo y tomo una chaqueta y las llaves de mi auto.

—Pero ¿Qué haces Clara?, Bruno dijo que debías reposar —me regaña Rafael.

—De ninguna manera tengo que explicarle a Ericka todo este embrollo, aunque estaba enojada con ella por ser la madrina de la boda de Danaé no quiero que piense que lo hice por venganza ni mucho menos que me odie por eso.

—Pero primero descansa unas horas, luego habla con ella.

—Hazle caso a Rafael, Clara.

—De ninguna manera hoy regreso a la ciudad para concluir los meses que me faltan de mi práctica y si dejo pasar más tiempo ella se enojara aún más y malinterpretara todo —les digo mientras me alejo para subir a mi coche.

Cuando llego la casa está muy tranquila porque aún es temprano, toco desesperadamente y una cara muy familiar y poco agradable me recibe en la puerta.

—Vaya, vaya lo que faltaba, sí que eres descara querida.

—No es a ti, a quien vine a buscar y lo sabes.

Maite Zaitut...En esta vida            [Saga Maite Zaitut Libro I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora