Amanda estaba enamorada de Ignacio desde que eran niños. Él era su estrella brillante, su sol en el cielo. Pasaron los años y Amanda seguía pegada a sus ojos, admirando su belleza y perfección. Pero Ignacio nunca la miraba de la misma manera, y aunque Amanda se desvivía por él, él no parecía interesado.
Amanda seguía aferrándose a su estrella, sin ver las otras estrellas brillantes que la rodeaban. Pero el tiempo pasaba y Amanda se daba cuenta de que no podía seguir sufriendo por alguien que no la amaba de la misma manera. Intentó alejarse de Ignacio, pero era difícil para ella dejar de pensar en él.
Un día, mientras Amanda intentaba seguir adelante, vio a Ignacio con otra chica. La decepción y el dolor la invadieron. ¿Por qué seguía aferrándose a alguien que nunca la había querido de verdad? Amanda se sintió pequeña y sin fuerzas, incapaz de levantarse sin su estrella.
Pero Amanda sabía que necesitaba alejarse de Ignacio para encontrar su propia felicidad. Quería ver otras estrellas brillantes, no solo aquella que la había hecho sufrir tanto. Decidió tomar distancia y darle la oportunidad a otras estrellas de iluminar su vida.
Sin embargo, Amanda sabía que si Ignacio la llamaba, ella volvería corriendo. Él seguía siendo su cura y su debilidad, pero ella necesitaba aprender a amarse a sí misma antes de seguir pegada a sus ojos. A partir de ese momento, Amanda decidió no girar más alrededor de una sola estrella, sino ver el universo entero de posibilidades que había a su alrededor.
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Para Ignacio
PoesíaDespués de lo que pasé con Ignacio, solo escribir me salvaba de no ahogarme en mi propio mar de lágrimas, le he escrito canciones, poemas, historias y todo eran reproches, porque al fin y al cabo nunca obtuve respuesta alguna por su parte. Pero buen...