Pasaron tres días después del último contacto con Yami. No había recibido otro mensaje y a decir verdad yo no quería mandarle ya qué, podría incomodarlo.
¿Quién sabe? Tal vez este ocupado haciendo algunas otras cosas como molestar a otros chicos que no sea yo.
Entre al salón de clases y me coloque en mi asiento esperando a que todos mis compañeros y maestro se pusieran en su lugar.
Pero pasaban 5, 10 y 15 minutos y no pasaba nada. El salón estaba vacío.
— ¿Por qué insistes tanto en que salgamos?. —
Salte en mi asiento del susto, había escuchado a Yami hablar detrás de mi.
— Es un poco...
—Perdona si te molesto,— Le interrumpí. — solo quería saber si estabas bien. — Me explique sin voltearme mientras escuchaba una risa burlona.
— ¿Tú... Estabas preocupado por mi? -—
— Ahora ya no. — Me levante de mi asiento, pero extrañamente mi cuerpo comenzó a sentirse pesado y volví hacia mi asiento de golpe. — ¿Qué demonios?. —
— Cambiando de tema. — Me dijo. — Es increíble que hayas llegado aquí. —
—Je, ¿Es una broma?. —Casi me río por la incoherencia qué había dicho. —Es la escuela, por supuesto que puedo llegar aquí. —
No lo escuche decir otra cosa, escuche que se acerco a mi y coloco sus manos en mis hombros. El escalofrió en mi espalda surgió y me recorrió como una gota de agua fría.
— ¿Hablas enserio?. — Me pregunto con curiosidad. — ¿No te has dado cuenta dónde estás realmente?. —
¿Por que me lo pregunta?, ¿Qué no es obvio?.
— Basta de bromas. — Quise pararme y verlo pero no podía hacerlo, es como si estuviera atrapado dentro de mi mismo cuerpo, era realmente extraño.
—No estoy bromeando. — Dijo. — ¿No se te hace raro que no haya ingresado nadie a clases?, ¿O recuerdas acaso el momento cuando despertaste?. —
— ¿Qué?. — Obviamente...
No... No lo recuerdo, ni siquiera esa mañana, no recuerdo el a ver saludado a mi abuelo.
— ¿Ya lo notaste?. —
—¿Un sueño? —
—Bingo. — Dijo, luego se posó delante de mi en un parpadeo. — Pero, más que eso, es... De alguna forma un enlace, cómo un vínculo lo que tenemos. —
—¿Vinculo?. —
— Para hacer más fácil esto. La cosa está así. — Se acomodo en el pupitre de enfrente y me miró fijamente. — Yo te elegí. —
—¿Qué?. —
Él tomo aire y luego pensó varios segundos.
— Es... Complicado decírtelo, es mejor que lo experimentes. De hecho... Lo estás haciendo ahora. —
Esto es confuso. Para seguir siendo un sueño.
— Nada de esto tiene sentido. Si esto es solo un sueño, ¿no debería ya despertar?. —
Yami me miró estupefacto, parecía que lo que decía le parecía nada real. Incluso podría decir que se encontraba sorprendido.
— ¿No estas asustado?. —
— ¿Hmm?, ¿Asustado?, ¿por...?. -
Él parpadeo, aun si poder creer lo que decía.
— ¿Ni horrorizado?. —
Negué.
Yami se levantó.
— Extraño, muy extraño. — Susurro lo suficientemente alto para que lo escuchara. — Este podría ser un caso muy especial. —
— ¿Soy un caso especial? — Le pregunte.
— Tal vez... — Me dijo. — En todos mis años como... — Se callo un momento y luego me dio la espalda. — soy... — Prosiguió. — Nunca había encontrado a alguien como tú. —
— No se si sentirme ofendido o alagado. —
Él seguía murmurando para si mismo, yo solamente estaba siendo ignorado. Parecía como un científico loco hablando acerca sobre sus planes malvados.
— Me largo. — Ahora fue fácil el poder tener mejor control sobre mi cuerpo, no se si era porque él estaba distraído en sus murmullos. Me pude levantar y sin que se diera cuenta salí del salón.
En cuanto abrí la puerta, un enorme resplandor de luz me cegó y luego lo que supe fue que me encontraba en mi propia habitación mirando hacia el techo.
— Un sueño... —
Solamente eso.
Me senté en mi cama y mire a mi costado, mi teléfono vibraba con insistencia en el buro.
Lo tome y vi que era un número desconocido.
La hora marcaba las 12:00 de la tarde y marcaba el día domingo.
Ignore la llamada, pero a los pocos segundos volvió a sonar con el mismo número.
Carajo...
— ¿Hola?. —
—¿Cómo te atreves al dejarme así?, ¿no sabes que eso es de mala educación?. —
Aleje mi teléfono por unos segundos, la voz que me estaba hablando era de las misma persona que acababa de ver en mi sueño.
— ¿Yami?, ¿eres tú?. —
— No, soy el repartidor de pizzas, ¡por supuesto que soy yo!, ¿Quién más iba ser?. —
—¿Cómo conseguiste mi número?
— ¿Cómo te atreves a dejarme?.—
Sabía que este día seria una locura enorme.
Continuara....
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GHOST.
FanfictionCada escuela tiene un terrible secreto. Y a la que Yugi va, no es la excepción. «¿Quién eres?» Pregunta Yugi asustado. «Es hora de decirte la verdad, Yugi.»