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Ese día llegó.

Ricardo.

Acomodaba el micrófono como podía, lo había sacado para cantar mientras me cambiaba los extremos del escenario, por suerte Jos ya me había ayudado y ahora podría seguir tocando y cantar.

Fijé mi vista al público pero no ví a la chica de antes.

—¿Ves? te dije que no iba a venir —le susurré a jos.

Tocó mi hombro y me señaló en dirección derecha al fondo. Mi vista está borrosa, no logro ver con calidad por la resaca, aparte de que tenía dolor de cabeza.
Le hice una seña de que no la veía.

—Lleva un top negro creo, con esos pantalones grandes de jean, tiene el cabello suelto y está perdida porque no canta ni baila.

Volví al público tratando de buscar una chica con esa descripción. Finalmente la encontré, pero solo eso, volví a lo mío.

—Bueno, nos quedan cuarenta minutos de concierto, supongo que cantaremos las mismas tres canciones. — acomodé el micrófono a una distancia cómoda para mí — 'tal vez'.

Empecé el instrumental con la guitarra por unos segundos, pero, al momento que pueda decir una palabra comencé a sentirme débil, ese frío y calor al mismo tiempo rodeando mi cuerpo, mi campo de visión se volvió psicodelico, náuseas repentinas llegaron, sudor, falta de equilibrio y finalmente, caí al piso. Lo último en escuchar fue el sonido agudo que produce un micrófono al caer.

...

Poco a poco abrí mis ojos, miré un techo blanco algo borroso, pero el dolor de cabeza seguía presente.

—Ricardo, ¿cómo te encuentras? —me preguntó  Jos, también ví otras personas a su lado.

—¿Por qué estoy aquí en el hospital?

El doctor se acercó antes de que Jos responda.

—Ricardo, tuviste un desmayo debido a mucha resaca, sufriste demasiado los síntomas y tu cuerpo no aguantó más.—Explicó de tal manera, ya hemos tenido varias visitas por lo mismo, por lo que podría decir que nos conocemos. —debes tomar una terapia urgente, no queremos que pase a mayores.

—Es verdad Ricardo, pueden haber consecuencias terciarias más graves —me dijo Jos, con tono asustado.

Miré al doctor cuando siguió hablando.

—Lo que tu amigo dice es cierto, Ricardo, tienes que dejar de ingerir grandes cantidades de alcohol, porque la situación ahora es preocupante.

—¿Preocupante? ¿a qué se refiere? - pregunté mirando a ambos alternadamente.

El doctor hizo unas muecas mirando un informe que traía en sus manos —Pues mira, te hemos hecho una resonancia magnética, para analizarte el grado de tu cuerpo, y... pues, se presentan que tienes varias lesiones en la faringe y el hígado. Al tomar demasiado luego vomitas, pero tú lo haces muy seguido y el jugo gástrico te quema todas esas zonas sensibles.

Suspiré tratando de mantener la calma, pero realmente me sentía, preocupado, con miedo, pero aún así, no puedo evitar solo tomar una botella y acabarla.

—Mira Ricardo, si no hacemos algo ahora podrías llegar a un estado peor y dónde ya no se pueda hacer nada por ti.

—¿A qué se refiere?

—Puedes desarrollar cáncer, o sino morir por graves lastimadura y úlceras en la faringe.

—¿M-morir? no, yo no quiero eso.. — comencé a alterarme y los ojos se me hacían llorosos.

—Tranquilo, no te muevas demasiado, te lavamos algunas heridas que tienes internamente, no puedes salir hasta mañana.

—¿Mañana? pero estoy bien, no siento dolor.

El doctor suspiró —No sientes dolor porque estás con analgésicos y conectado a un suero con relajantes, pero, si te soltamos ahora puedes volver a caer debido a tu abstinencia avanzada, no puedes controlarlo.

Quería llorar exteriormente.

—Jos no puede vigilarte, sé que son músicos y ese es su trabajo, él no puede estar atento a ti.

—Lo siento richie. —dijo cabizbajo.

—No es tu culpa, no es tu obligación. —le dije tratando de sonreír— ya habrá una solución.

—Si.. yo me encargaré de esa solución cuánto antes, todo saldrá bien.

abstinencia 彡 Ricardo Alcaraz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora