POV TERCERA PERSONA
Una escena bastante sagrada y la vez surrealista se puede observar en las calles de la Ciudad Fortaleza de Arnuvyn, miles de personas corriendo hacia los bunkers mientras un Obispo Semielfo de gran altura vestido con unas túnicas de sacerdote completamente blancas y libres de mancha marcha con una capa de poder divino dorado ondeando a su espalda, una caja enorme a su hombro y una Gigantesca Maza en su mano libre marcha rumbo a las murallas con gran calma.
Nota: Apariencia de la Maza.
Plasmado en su rostro una seriedad sin precedentes que mantiene su vista en el Giga Demonio que a pasos lentos se acerca a la Ciudad junto a Legiones enteras de Demonios Aéreos y Terrestres.
Toda la escena les pareció extremadamente sagrada y alentadora a las personas que le veían pasar. Detrás del Obispo un Wolfskin con una pistola en mano y una expresión seria le sigue junto a un Enano completamente blindado con un Hacha en una mano y una Caja sobre su hombro un poco mas pequeña que la llevada por el Obispo.
Las personas alrededor que miraban el aura sagrada del sacerdote dieron un ligero rezo a los dioses que adoraban buscando el regreso a salvo del Sacerdote pues todos le conocen ya, este hombre a demostrado a todos lo que es un verdadero Santo, incluso muchas veces curo a personas heridas y de bajos recursos sin siquiera cobrar un centavo.
Draco miro a la multitud que esperaba su regreso a salvo y sonrió con calma. Dentro de esa calma y esa sonrisa se escondía un burbujeante y casi inmanejable deseo de correr y acabar con todo, deseo que esta conteniendo con todo su poder.
La caminata continuo hasta llegar a la Muralla este de la Ciudad donde se podía ver al Gigantesco Monstruo Acercase a paso extremadamente lento hacia la ciudad seguido por enjambres llenos de incontables demonios de todas las formas y colores.
En la cima de la muralla una gran cantidad de soldados se encuentran temblando de miedo ante la amenaza pero ninguno retrocede, todos son consientes de lo que les pasara a sus seres queridos si ellos fallan en defender la ciudad.
En una parte de la muralla un Obispo de 50 años, cabello y barba blancos, lentes rojos de montura dorada, ropas de Sacerdote Negras y una expresión seria se encuentra discutiendo con un Grupo de Aventureros de Clase S que recientemente llegaron a la ciudad por una misión de escolta.
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Reencarnando en otro mundo con la clase dual Obispo/Cazador de Demonios
FantasySolía ser un hombre "común" que trabajaba en una empresa de aduanera, solo era un simple programador cuya única función era vigilar que todo funcionara bien y mantener todo en orden. Digo solía pues ahora ya no, después de que apareciera en mi puert...