Cinco años después...
Ashley Wood
Ahora mismo tengo dos opciones: Llorar de felicidad o de tristeza.
Sin embargo no cedo a ninguna emoción, estoy en estado de shock, simplemente no puede ser real o más bien no creo que sea posible ¿Se tratara de una broma cruel o una verdad que jamás vi venir? No tengo ni idea, sobre todo porque recuerdo que se negaba a la idea desde un principio, no deseaba esto, ni siquiera estaba en sus planes a futuro así que considero normal mis dudas y más si se trata de ella.
Jugar con fuego es su especialidad.
A mí alrededor, mis amigas se encuentran en un absoluto descontrol, siendo yo la única que se ha mantenido estática, esperando que la confesión salga desde la boca de Gabriela Caruso. No quiero caer en llanto como Mery para que después aplasten mi corazón o tener una sonrisa de oreja a oreja como Tamara, pero entre más tiempo pasa, mi corazón va saliendo de su congelamiento.
Achico mis ojos y analizo a Gabriela, poniendo en práctica todos los trucos que he aprendido en series policiales. Me tomo un minuto y mi corazón grita que ella no se atrevería a jugar con algo así, no con nosotras que llevamos esperando al primer bebé en el grupo.
—¿Es cierto? —me atrevo a preguntar.
Gabriela se ofende, sus gestos son más que expresivos.
—¡Por qué mentiría con algo así! —se exalta y me lanza miradas mortales.
Tomo una respiración profunda para acostumbrarme al impacto.
Mi corazón se va acelerando.
—¿Puedes repetirlo? —insisto, sintiendo un corte en mi voz.
Recuerdo que la última vez que nos reunimos fue hace un mes y en ese entonces tocamos el tema de un bebé en el camino de cada una, fue algo trivial, pero entre más profundizamos, llegamos a un punto del cual no podíamos salir. Desde ese momento no hemos parado de enviar ropa de bebé al grupo de chat o pensar en posibles nombres.
Nos obsesionamos, lo admito. Sin embargo, la cuestión no era por querer ser madres, algunas queríamos seguir trabajando y expandirnos, el punto se concentraba en la emoción que nos brindó la ilusión de que alguna de nosotras podría quedar embarazada, de un ser pequeño en nuestra familia solidificada.
Pero siempre hay una oveja negra en la familia y en esta no iba a hacer la excepción. Gabriela se mantuvo alejada de toda la fiebre de bebés, no le molestaba, pero era ajena a ese sentimiento, su lógica siempre fue de que el bebé le iba a quitar protagonismo y posiblemente se lleve mal con un ser que absorba todas las energías de su madre los primeros meses de vida. Nos quería al cien por cien. Por eso mismo mi reacción, todo es surreal, incluso ahora con su confesión, siento como si fuera un sueño.
—¡Estoy embarazada! —grita con una felicidad que tensa mis músculos, sus ojos radiantes aplastan mi corazón, un brillo particular rodea su cuerpo con magia y cuando la primera lágrima rodea por su mejilla, me derrumbo— ¿Por qué no me crees, Ash?
Es real.
Dejo escapar todas las lágrimas que no sabía que retenía.
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Sedúceme: La redención de Ashley
RomanceLIBRO II «Los secretos aún no acaban y la bomba de hace años solo parecerá un simple chasquido a comparación de lo que se lleva guardado»