6| La tranquilidad antes de la tormenta.

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Ashley Wood

El fin de semana pasa volando, en un parpadeo que no termino de procesar por las intensas emociones vividas.

Por otro lado, Dereck cumplió su palabra, se mantuvo alejado mentalmente, pero físicamente presente, conviviendo a mi lado y sin comportándose como en nuestra última charla íntima.

Después de todo, la base de todo es Ariel, no íbamos a arruinar su tiempo de desconexión con nuestros inconvenientes. Sin embargo, tampoco actuábamos falsamente, en ningún momento tuvimos que recurrir al forzamiento. Bebimos con el grupo, nos reímos, jugamos la mayoría de juegos que compre, fue como si nada hubiera pasado, pero tampoco a tal punto dónde nos hacíamos los locos sobre lo sucedido. La tensión estaba presente, pero era tan basta como anteponerlo a otras cosas.

Ayer volvimos a casa, dónde solo éramos Dereck y yo. Tuve la esperanza de poder conversar sin ninguna interrupción, pero me lleve una gran sorpresa cuando Ariel decidió extender sus vacaciones.

Todo el grupo había hecho un increíble trabajo para levantar su ánimo, incluso Bralow y Thomas que después lograron compenetrarse, no son los mejores amigos, aún hay bromas pesadas, pero las miradas no mienten y entre ellos solo hay diversión. Así que sí, me sorprendí cuando Torres expreso que deseaba quedarse unos días más con nosotros.

Por supuesto que aceptamos, Dereck y yo teníamos suficiente espacio en el apartamento y si eso iba a ayudar en la distracción de nuestro amigo, entonces cualquier tema pendiente podía esperar. No obstante, Ariel tuvo que pedir permiso en su trabajo, estuvo a punto de fracasar, pero después de unas ligeras manipulaciones, se logro.

Ariel vive en la misma ciudad de Dalesa y Adrián, se mudo luego de graduarse en psicología ya que consiguió un trabajo por la zona. Constantemente viene y va para estar en contacto o a veces nos reunimos en locaciones cercanas para veranear. Aunque el mayor cambio que ha hecho fue din duda alguna, teñirse su cabello rojo por su rubio natural; la sorpresa que me lleve al saber que era rubio fue de lo más loco, lo tenía tan escondido que ni siquiera Dereck sabía del dato, siempre lo veía con diferentes tonos de tinte. A pesar de ello, su apodo será siempre y para siempre "La sirenita"

—¿Mis papis están peleados? —me susurra Ariel.

—Tus papis han tenido un conflicto, cariño. —le sigo el juego con una sonrisa en el rostro— Pero no te preocupes, son cosas de grandes y muy pronto se arreglará.

Asiente.

—Eso espero, no me gustaría elegir un bando. —suspira— Aunque si lo pienso bien, creo que me quedaría contigo para endulzarte el oído y así perdones a Dereck.

—Me alegra saberlo.

—Siempre querré lo mejor para ti, mami.

Rompo en una carcajada. Ariel tiene una magia para hacerme reír y aligerar cualquier ambiente, soy dichosa por tenerlo en mi vida.

—Mira, corre a los brazos de tu padre —le ordeno a penas cruzamos las puertas.

Dereck está encima del ring, llevando solo un short y con el pectoral descubierto. En su piel se haya una ligera capa de sudor y aunque sus manos están rojas por toda la práctica que ha realizado, de igual forma sigue dándole fuertes golpes al saco de box que cuelga al medio.

Sedúceme: La redención de AshleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora