Mundos Diferentes

5- El pasado

Melissa.

Esta mañana fue diferente a las anteriores ya que me desperté con el sonido de un flash y no con mi alarma. En el momento no me di cuenta pero cuando abri bien los ojos pude ver a Fer sonriendo como un nene con juguete nuevo.

—¿Por que me sacas foto Fernando?

—No te saco solamente a ti.

—¿De que hablas? —pregunté confundida.

—Mira como estas y con quien.

Entonces caí en cuenta de que había dormido con Pedri, cuando lo mire ví lo lindo que se veía durmiendo.

—Ten.

—¿Para que me das un pañuelo?

—Para que te limpies la baba tu también.

—Deja de decir estupideces.

Salí de la cama lo mas despacio posible para no despertar a Pedri y me fui al baño a lavarme la cara cuando termine abrí la puerta para salir pero me tope con Fer.

—Hay la P*** madre, me asustaste.

—Perdón, no fue mi intención.

—¿Por que me estas esperando? —pregunte cerrando la puerta.

—Porque tenemos que hablar.

—¿De que?

—No te hagas la tonta porque sabes muy bien de lo que quiero hablar.

Pero yo no quiero hablar, no de él.

—Mi hermano se muere de ganas de estar contigo pero te esta dando el tiempo para que sanes el dolor que tienes en el corazón y por el cual también quiere saber, así te puede ayudar.

Quede apoyada en la mesada y mirando al piso, no sabia que decirle, me sentía al borde de las lágrimas.

—Mel, tienes que contárselo a alguien porque te hará mal.

—Es que... todavia me duele cada vez que me acuerdo de lo que me hizo y no puedo evitar llorar cuando se lo quiero contar a alguien.

—Me lo puedes contar si quieres, así te quitas un peso de encima.

—¿Por que quieres que te cuente?

—Porque quiero que seas feliz.

—Lo soy.

—No, no lo eres y mientras tengas ese dolor en el corazón no lo serás.

Aunque no lo quiera aceptar en fondo se que el tiene razón, desde que termine la relación no soy feliz solo finjo serlo para esconder el dolor que me dejó.

Y lo que menos quería, unas lágrimas silenciosas cayeron por mis mejillas.

—Mel —me abrazo— sé que tal vez no es fácil pero debes soltar el pasado.

Lo abrace tan fuerte y me largue a llorar en sus brazos como si no hubiera un mañana.

—Llora hasta que te sientas mejor y que no te queden más lágrimas.

Sentí que ya había llorado lo suficientemente como para poder contárselo.

—Pase por una relación tóxica —tome aire— la cual me destruyó por completo e hizo que fueran los peores meses de mi vida.

—Tan fuerte y empoderada que te muestras.

—Es que yo soy siempre fui así, nunca me deje pisotear por nadie.